A Pablo Escobar no le preocupaba conseguir un partido
político para que lo respaldara en las elecciones presidenciales de Colombia.
Sabía que era cuestión de negocios; una simple transacción. Para entonces, ya
había comprado policías, abogados, periodistas… Así que era claro: todo el
mundo tenía un precio. Y si alguno se resistía a esta premisa, Escobar les
recordaba que no tenían más que dos opciones: “plata o plomo”.
Los reporteros, que cubren temas de narcotráfico en Colombia
o México, ponen en riesgo su vida. Basta con ir a las cifras y recordar que con
la declaración de la guerra contra el narcotráfico en México, iniciada en el
gobierno de Felipe Calderón, el número de asesinatos y agresiones contra
periodistas se ha triplicado, al pasar de 20 homicidios (entre 2000 y 2005) a
61 de 2011 hasta la fecha.
‘Narcos’ es una mala palabra, menos para denominar series o
películas que son una apología de la violencia. Mas existen reporteros que
continúan empecinados en hablar de esta problemática y concienciar sobre las
grandes implicaciones que tiene. ‘Animal Político’, iniciativa mexicana de
periodismo de datos, creó una herramienta denominada ‘NarcoData’, que plasma la
historia reciente del crimen organizado en visualizaciones interactivas que
cuentan el surgimiento de los cárteles, sus líderes, los conflictos entre
grupos, su expansión geográfica y sus actividades delictivas.
Estos recursos explican cómo el narcotráfico llegó a su
tamaño y la influencia que sigue teniendo en la actualidad. Este proyecto es
parte de la lucha contra la censura y la defensa al derecho a informarse y a
entender cómo un negocio tan grande y tóxico marca la existencia de poblaciones
enteras y provoca la muerte de quienes prefieren romper con el silencio y la
complicidad.
Roque Rivas Zambrano
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El reportero que venció a Pablo Escobar
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El reportero que venció a Pablo Escobar
Carlos Mario Correa se convirtió en el corresponsal
clandestino del periódico 'El Espectador' durante los años en que Escobar puso
precio a su cabeza. Hoy se lamenta de que los medios hayan convertido al
narcotraficante en un icono pop.
