viernes, 11 de junio de 2021

Envejecer es solo una enfermedad curable


Media-Tics. Se está formando un cierto consenso entre genetistas y gerontólogos sobre la idea de que el envejecimiento, e incluso la muerte consecuente, no es un proceso inevitable. Esta idea supone un cambio radical sobre el enfoque de la vida y el progreso de la raza humana, rompe un tabú y abre unas perspectivas apasionantes. Ya hay varias empresas como Calico, la sigilosa empresa de Google, creada en 2013 con una inversión de 1.300 millones de dólares, que abordan este empeño con inversiones muy cuantiosas. Si logran éxito, veremos en las próximas décadas surgir una raza de los que ya se denominan amortales, que solo morirán por causas de accidente, no por envejecimiento. Será un privilegio al alcance de unos pocos, que podrá conllevar conflictos sociales y políticos. Es interesante constatar que este paso puede coincidir con un descenso constante de la población mundial que los demógrafos señalan para la segunda mitad del siglo o quizás antes.

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Pedro Castillo, el maestro de la izquierda que conquistó a Perú

 
Pedro Castillo Terrones, el triunfador de las elecciones de Perú.

Por Elisa Pastrana, Las 2 Orillas. Voto a voto el hombre del enorme sombrero “chotano” de paja y ala ancha, el maestro de escuela cajamarquino natural de Chota, a casi mil kilómetros de Lima, logró ganar la batalla en las urnas por la presidencia de Perú a la limeña Keiko Fujimori, representante de la derecha y el fujimorismo. Pedro Castillo Terrones es hoy el triunfador de las elecciones con la totalidad de las mesas escrutadas, pero no ha sido proclamado porque aún falta por resolver las demandas de su rival. Hace dos meses era un desconocido entreverado entre 18 candidatos, fue el gran palo político de la primera vuelta, fue el gran ganador del balotaje, fue el que rompió la fila de cinco presidentes encunados en Lima llegando desde “el Perú profundo”. Un total desconocido hizo de las zonas rurales su fortín y a lomo de caballo ganó voto a voto la presidencia. Aún no ha sido proclamado. 


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Lautaro Rivara, Rebelión. Sociólogo, periodista y analista. Al momento de escribir estas líneas, Pedro Castillo es el presidente electo del Perú. Solo resta la demorada e inevitable declaración oficial de parte del ONPE, la autoridad electoral competente. Pero aun dejando en suspenso el veredicto de las urnas, de todos modos, los acontecimientos producidos entre la primera vuelta electoral del 11 de abril y la celebración del balotaje de este 6 de junio, arrojan ya un enorme cúmulo de lo que en honor al oficio del candidato Castillo llamaremos las “lecciones” de Perú, así como todo un correlato de hipótesis, indicios y anti-lecciones. Veamos algunas de ellas.

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Valeria Vicente y Maria Alejandra Gonzales, Somos Periodismo. El corazón de Pedro Castillo está en Tacabamba. Concluida la campaña electoral, el profesor cajamarquino regresó a su pueblo natal para votar, desayunar con sus familiares y esperar los primeros resultados de los comicios. Pese al estrecho margen que separa a Castillo de su rival Keiko Fujimori, según el dilatado proceso de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), los habitantes de Tacabamba conservan las esperanzas de que el cambio que reduzca las brechas de desigualdad en Perú llegue por fin de la mano de un maestro y rondero que conocen bien. Entre huaynos y marineras, ellos celebran y destapan cervezas mientras esperan el resultado definitivo que anunciarán las autoridades electorales.

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