jueves, 13 de mayo de 2021

El teletrabajo para sobrevivir a la pandemia: Hablan los periodistas

 

José Antonio González Alba, Cuadernos de Periodistas. El pasado año no solo será recordado por los efectos de la pandemia de COVID-19. Para los medios, fue también el año de la apuesta definitiva y generalizada por los modelos de suscripción y, para los periodistas, el año en que cambió, quizá de manera definitiva, la forma de trabajar y de entender las redacciones tal y como hasta ahora se habían conocido. La pandemia trajo de golpe la implantación del teletrabajo en los medios, y todo hace indicar que nada volverá a ser como antes y que el nuevo sistema llega para quedarse. Pero ¿cómo ha sido la adaptación? ¿Cuál ha sido la experiencia de los profesionales? Una veintena de periodistas cuentan cómo han vivido esta situación en sus medios.

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Daniel Rodrigo Cano, Revista Ámbitos. Durante la pandemia de la COVID-19 se provocó la paralización de la economía durante muchos meses y durante el confinamiento, sin embargo, la comunicación era declarada como actividad esencial. Para conocer el posible impacto de esta situación y poder adelantar un escenario futuro de la profesión de periodista se ha realizado un análisis   del paro registrado por comunidades autónomas desde 2008 hasta 2020. 

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#SuManoEnMiMano

 

Julia Chavez. Solo espero que en su último suspiro haya estado yo presente en su corazón y haya sentido el amor que tenía y tengo por él. Ya pasó un mes... Unos días parece que fue ayer y otros que fue en un tiempo sin tiempo... desde el día que soltó mi mano...

Mi papi era de esos seres que estaban presentes sin darte cuenta en todos los detalles, desde que te acuestas hasta que te levantas. Muchos dicen que un papá no puede ser amigo de sus hijos, pero para mí era el mejor amigo que alguien podía tener, con él nunca había miedos y su pensamiento siempre fue avanzado no compartía prejuicios y siempre había algo bueno, incluso en lo malo... Era bueno a todos quería, era amigo de todos, en especial de gente joven porque no le gustaban los viejos, porque la vejez es contagiosa... decía como pretexto para salir.

He tratado de ser fuerte y visito su casa, mi casa... y sigue intacto su puesto en la mesa... su cama huele a él y sus chompas siguen colgadas como él las dejo... los recuerdos me duelen, pero al mismo tiempo me sacan una sonrisa... su presencia sin cuerpo me desgarra algo  en un lugar extraño de mi ser... me da miedo de la vida sin él... y miro las cientos de fotos que tengo con él, empezaba a disfrutar su presencia  y su sabiduría.

Todo está como él lo dejó, lo que me queda su billetera y su monedero en mi velador. Mientras se me vienen recuerdos de niña con mi papi, cuando lo peinaba con ligas de colores y le ponía mascarillas para estar más guapos, cuando me planchaba el uniforme del colegio, limpiaba mis zapatos, me prestaba plata para ir al trabajo o era el chófer oficial de mí y mis amigas. Tengo en mi mente sus silbidos, sus calentados para comer juntos, sus canciones porque le gustaba cantar y hablar con los perros mientras les daba de comer, acariciar a los gatos, guardar chocolates y melcochas en los bolsillos, comer sopa, las noticias... y confundir  el nombre de sus hijos.

Mi papi tenía fe en mí, incluso más que yo...

Ahora solo quiero volver a tomar sus manos, me gustaban  sus uñas y volver a tomar nuestro café  caliente con postre para dos...


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México: En defensa del periodismo

 
Ricardo Raphael, periodista y columnista mexicano.

Ricardo Raphael, Milenio. El periodismo no es para taimados, apocados, medrosos ni asustadizos. Quien lo ejerce sabe que ahí no encontrará acomodo ni cojín de terciopelo. El periodismo es alérgico a los tonos complacientes y zalameros. Abreva de una fuente opuesta: del coraje requerido para hallar las cosas ciertas dentro de la selva del engaño. Quien lo ejerce con rigor, inevitablemente hace temblar los pilares y las trabes de la mentira, desenmascara al hipócrita y desmaquilla al oscurantista. 


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Jorge Zepeda Patterson, periodista mexicano.

Jorge Zepeda Patterson, Milenio. Al periodismo en México le llueve sobre mojado. Un presidente que lo ataca todos los días y un mundo digitalizado en el que nadie quiere pagar por la información, que ahora es gratuita. Lo primero, la belicosidad presidencial ha hecho trizas el supuesto espíritu de imparcialidad y equilibrio que el periodismo tendría que profesar; lo segundo, la blogosfera y las redes sociales han puesto en jaque la noción misma del oficio periodístico (ahora todos “lo practican”) y, sobre todo, han colapsado el modelo de negocio que funcionó dos siglos, durante los cuales la información periodística fue un producto con valor en el mercado y, por ende, éste remuneraba al profesional dedicado a producirla. 

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