IRIS PASE, IJNET. En
2013, un editor de The Atlantic se puso en contacto con el periodista freelance
Nate Thayer. Le pidieron que readaptara uno de sus artículos de forma gratuita.
"Lamentablemente no podemos pagarte por ello", le dijeron, "pero
tenemos hasta 13 millones de lectores al mes". Estas palabras
probablemente suenan familiares a periodistas y autores de todo el mundo. Thayer
decidió publicar la correspondencia completa entre él y el editor, lo que
reavivó un debate permanente dentro de la comunidad periodística: ¿Hay que
trabajar gratis alguna vez? No, dijo Thayer en su respuesta. En un correo
electrónico a The Atlantic, contestó: "Soy un periodista profesional que
se ha ganado la vida escribiendo durante 25 años y no tengo la costumbre de
prestar mis servicios gratuitamente a medios de comunicación con ánimo de lucro
para que puedan ganar dinero utilizando mi trabajo y mis esfuerzos, quitándome
la posibilidad de pagar mis facturas y alimentar a mis hijos". Muchos
estarían de acuerdo con Thayer sobre las consecuencias económicas de ofrecer y
aceptar escribir sin cobrar, ya que eso crea y perpetúa un sistema que quita a
los autores la posibilidad de pagar sus necesidades básicas.
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