viernes, 24 de enero de 2025

'Creo en la información periodística fiable'

Jacobo García, columnista de El País.

Jacobo García, El País. A finales del siglo XIX, editores como Joseph Pulitzer o Rudolf Hertz manejaban a su antojo las grandes cabeceras estadounidenses. No solo monopolizaban la información, sino que dirigían el rumbo de los acontecimientos, creaban guerras y derrocaban presidentes a conveniencia. Gran parte de su negocio estaba en manos de los voceadores que ofrecían los ejemplares en la calle y necesitaban titulares más espectaculares cada día para vender su producto. Así que poco a poco los periódicos se hicieron cada vez más llamativos y sensacionalistas y la confianza en ellos poco a poco se fue deteriorando sin que el lector supiera ya cuánto había de verdad y cuánto de espectáculo en cada titular. Fue entonces cuando a Adolph Ochs decidió llevar a los diario algo que ya se hacía con los libros en Inglaterra: las suscripciones. Su objetivo era que los lectores pudieran encontrar el periódico en la puerta de casa independientemente de lo espectacular que fueran los titulares del día. Eso permitía a los periodistas concentrarse en escribir historias importantes e ignorar las que no estuvieran contrastadas o los intereses de los anunciantes. El modelo de suscripción inventado por Ochs permitió al periódico alejarse del amarillismo y con ello dio paso al despegue de uno de los mejores periódicos del mundo: The New York Times. Más de un siglo después, que EL PAÍS haya llegado a los 400.000 suscriptores es una apuesta de ustedes y de nosotros por una forma de informarse y de entender el periodismo.


***

El periodismo, más necesario que nunca

Foto: Emeterio Suárez (CC BY 3.0).

https://www.ull.es/. Imagina qué hubiera pensado si el periodista del Washington Post Bob Woodward hubiera tenido acceso a internet en 1972. Seguramente las reuniones con “Garganta profunda” pasarían de la oscuridad de un parking a un chat de Telegram. Imagina qué cara hubiera puesto Miguel de la Quadra Salcedo o Jesús Gónzalez Green si le hubieran cambiado su pesada cámara de cine y micrófono por un dispositivo que te permitiera hacer directos desde cualquier parte del mundo y que cabe en un bolsillo del chaleco. Es indiscutible que, tecnológicamente, vivimos buenos momentos para la comunicación. Nunca antes, el ser humano había tenido tantas herramientas a su alcance para estar comunicado, para recibir información. Cualquier cosa que pasa en cualquier rincón del planeta es susceptible de llegar a nosotros.


***

***