Galo Ortega, padre de Javier, periodista de
El Comercio.
Alejandro Pérez, Revista Vistazo. Los días
no son fáciles para Galo Ortega. Correr en las mañanas junto a “La Pancha” es una
de las cosas que le ayuda a sobrellevar la vida, luego de haber perdido a su
hijo Javier hace un año. Don Galo cuenta que sus primeras prácticas las hizo en Radio
Tarqui. Luego postuló a El Comercio. Empezó cubriendo las ligas de fútbol barriales
para el Últimas Noticias, luego crónica, hasta que pasó a ligas mayores: la
sección Seguridad, desde donde seguía las pistas de la trama de Odebrecht y el
narcotráfico en la Frontera Norte...
‘Mi soldado periodista’: La historia del padre de Javier Ortega
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#SIEMPREFALTARÁN3
Revista Vistazo. Tres generaciones de irremplazables profesionales: Javier, Paúl y Efraín. Eran un equipo que recorría, escribía y retrataba historias. No pudieron regresar para contar su última noticia, pero quedará registrada como la más trágica del periodismo ecuatoriano.
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Necropsias a periodistas de El Comercio revelan que fueron asesinados mientras estaban en movimiento
El Universo.- Los tres ecuatorianos del equipo periodístico de El Comercio asesinados por un grupo disidente de las FARC Oliver Sinisterra en la frontera colombo-ecuatoriana fueron asesinados en movimiento y no por ajusticiamiento, según revelaciones de la autopsia que se destacan en la web Código Vidrio y en una noticia publicada en el diario colombiano El Espectador.
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Arturo Torres y María Belén Arroyo: 'Tuvimos miedo, pero era nuestra obligación moral escribir este libro'
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'Un triángulo amoroso: el periodismo, mi papá y yo'
Revista Vistazo. De las muchas enseñanzas e influencias que Efraín Segarra, conductor de diario El Comercio, dejó a sus dos hijos, Patricio y Christian, resaltan la afición por el Deportivo Quito y la carrera de periodismo. El último de ellos vivió junto a él los “gajes del oficio”.
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Hace un año 'Guacho' vistió de luto el periodismo
ElColombiano. Cada mañana, antes de ir a la sala de redacción, el periodista Cristhian Segarra baja a la sala de su casa y le dice adiós a su padre. Con un susurro casi imperceptible, de esos que se usan para no despertar a quien duerme, le habla de sus cosas, de su amor eterno. Luego, con un beso en la frente le pide perdón, se despide y cierra el portón.
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