Claas Relotius, redactor de la revista
alemana Der Spiegel.
Los periodistas se autodefinen como
contadores de historias, capaces de inmortalizar relatos -de no ficción-
contados por otros. Para unos cuantos, la frontera entre lo real y lo ficticio
resulta demasiado difusa y terminan por inventar o manipular los hechos a su
antojo, para conseguir reconocimiento con poco esfuerzo y mucha imaginación.
Como nada permanece oculto entre el cielo y el suelo, estos talentosos
cuenteros quedan al descubierto en cualquier momento.
Uno de los casos que tuvo resonancia a
nivel internacional fue el de Claas Relotius, un redactor de la revista alemana
Der Spiegel. A fines de 2018, uno de los compañeros de Relotius empezó a
sospechar de su trabajo, al encontrar inconsistencias en sus datos. Después de
investigarlo, los editores de Relotius concluyeron que de los 60 reportajes que
escribió desde 2011 unos eran ciertos y otros improvisados o adornados con
citas de diversos documentos.
Equiparable es el caso del fotógrafo falso
de la ONU, quien se presentaba como Eduardo Martins, un surfista brasileño que
fotografiaba en Irak y Siria. Las sospechas surgieron cuando se contactó con la
BBC Brasil para ofrecer cobertura fotográfica, afirmando que estaba en el
frente de batalla. Los colaboradores afirmaron que Martins no era conocido en
la zona de conflicto, por lo que la BBC procedió a indagar sobre él y comprobó
que todo era mentira: no había registros suyos en Medio Oriente.
Existen más casos como el de Relotius o
Martins, incluso en Ecuador. Son ejemplos de lo que no se debe hacer. Uno de
los principios del periodismo es la objetividad. Y, aunque con el tiempo este
elemento se ha desvirtuado, al llegar a la conclusión de que la verdad es una
construcción social, cargada de subjetividad, la ética periodística prevalece y
es innegociable.
Eduardo Martins, fotógrafo de BBC Brasil.
Roque Rivas Zambrano
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El escándalo ‘Der Spiegel’: paren la rotativa, todo es mentira
El País.- Claas Relotius, ilustre redactor del
prestigioso semanario Der Spiegel, era un timador. Sus textos publicados llevan
ahora una nota advirtiendo que pueden ser ficticios. Lo desenmascaró Juan
Moreno, colaborador de la publicación. Esta es la historia del último gran fraude
periodístico en la era de las fake news.
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Cómo se derrumbó la historia de un falso fotógrafo de la ONU que engañó a periodistas, mujeres y miles de seguidores en Instagram
BBC.- La historia impresionaba a cualquiera: un
joven fotógrafo brasileño que luego de pasar por el abuso infantil y la
leucemia se fue a zonas de guerra del mundo, incluyendo a Irak y Siria, para
retratar el sufrimiento humano.
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El deber de un periodista es informar
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