domingo, 7 de agosto de 2022

Gustavo Petro asumió como presidente de Colombia

Gustavo Petro, presidente de Colombia.

Infobae. Gustavo Petro tomó juramento este domingo como primer presidente de izquierda de Colombia, ante cientos de miles de personas que acompañan la ceremonia de investidura en Bogotá. “Juro a Dios y prometo al pueblo cumplir fielmente la Constitución y las leyes de Colombia”, dijo el exsenador y exguerrillero de 62 años ante el jefe del Congreso en la céntrica Plaza de Bolívar. Cuenta además con la mayoría del Congreso y una debilitada oposición. El mandatario fue investido por la senadora María José Pizarro, hija de Carlos Pizarro, quien fue compañero de Petro en la guerrilla del M-19 y cayó asesinado en 1990 cuando era candidato presidencial y la intención de voto le daba un 60 %.


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El Espectador. Una ceremonia de transmisión de mando que tuvo como característica el simbolismo y el alto apoyo popular se llevó a cabo en la Plaza de Bolívar. En medio de ovaciones, la senadora María José Pizarro impuso a la banda presidencial a Petro, quien pidió que la espada de Bolívar estuviera en la ceremonia, a pesar de que el expresidente Iván Duque había ordenado que no.

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Toma de posesión de Gustavo Petro, el primer presidente de izquierda en Colombia

Gustavo Petro, president de Colombia.

Yurany Arciniegas, Frace 24. Gustavo Petro, exalcalde de Bogotá y exmiembro de la extinta guerrilla M-19, se posesiona este 7 de agosto como el primer presidente de izquierda en Colombia. Petro asume el Ejecutivo junto a su vicepresidenta, Francia Márquez, en medio de una jornada colmada de eventos culturales en los que se destacan las comunidades indígenas. Pero otra de sus peticiones: exhibir la espada de Bolívar robada y devuelta por el M-19, se vio frustrada, tras no lograr los permisos necesarios del Gobierno saliente.


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287 años de Fundación de Chone



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Colombia: Ganó Petro, ganó el país, pero perdió el periodismo

Gustavo Petro, presidente electo de Colombia.

Por Joaquín Robles Zabala, Señales. El triunfo de Gustavo Petro es histórico. Ganó como ganan los grandes: contra todos los pronósticos, contra la godarria más godarria de América Latina, contra los empresarios que se oponían a su llegada a la Casa de Nariño, contra los partidos tradicionales, ese otro cáncer que lleva más de 200 años en el poder y que temía perder su inmensa lista de privilegios. Les ganó a las encuestadoras y sus encuestas amañadas (no hubo una sola que lo diera ganador en la segunda vuelta). Les ganó a los uribistas pura sangre que pregonaban en las redes y medios amigos que el líder de la Colombia Humana “jamás sería presidente de Colombia”. Les ganó a los canales de noticias, cuyo sesgo a la hora de informar fue más que evidente. Se ganó el voto de los indecisos y en las últimas semanas recorrió el país de norte a sur y este a oeste. Habló con campesinos, pescadores, mototaxistas, vendedores ambulantes y madres de familia sin trabajo. Fue una travesía impresionante, una bofetada a una clase dirigente perversa que lleva toda una vida republicana gobernando para los más ricos, que decreta exenciones de impuestos para empresas con capitales gigantescos y grava los alimentos de la canasta básica alimenticia de los más pobres... Ganó Gustavo Petro, es cierto. Ganó la democracia. Ganaron los “nadie”. Ganaron los habitantes de esas grandes regiones del país abandonadas por el Estado. Ganaron los campesinos que, bajo la lluvia o el sol inclemente, salieron el domingo 19 de junio a cumplir con el deber constitucional del voto. Ganaron los estudiantes a los que Petro les prometió mejorar sus condiciones de estudio y a los que les aseguró que crearía nuevas universidades y nuevos colegios. En fin, ganó Colombia porque no se presentaron mayores incidentes de violencia durante “la fiesta democrática”. No obstante, hay que decirlo, perdió el periodismo. Perdieron credibilidad los grandes canales de noticias. Perdieron por mal informar a los colombianos, por inclinar la balanza de los hechos a favor de los candidatos afines al establecimiento. Noticias Caracol, RCN Noticias y Revista Semana demostraron que lo importante no es la verdad de los acontecimientos, sino la defensa a ultranza de los intereses particulares de los medios.


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'Bolsonaro pone a prueba nuestro modelo periodístico'

Sérgio Dávila en la redacción de Folha de Sao Paulo, el periódico más respetado y temido de un país de dimensiones continentales / EDUARDO KNAPP (FOLHAPRESS)

Fernando Belzuce, Las Noticias. En apenas ocho semanas afrontará una etapa crucial. Sérgio Dávila (Sao Paulo, 1965) sabrá el 2 de octubre, día de las elecciones en Brasil, si el periódico en el que ha crecido como periodista y que ahora dirige tendrá que lidiar con Jair Bolsonaro, un dirigente con graves inclinaciones antidemocráticas, o con Lula da Silva, cuyo regreso podría agitar todavía más a un país en continua ebullición. Los dos candidatos a la presidencia, representantes de esta época global de polarización extrema, conocen bien los embates de 'Folha de Sao Paulo', o 'Folha' a secas, el diario más respetado y temido de este país continental. El periodista brasileño, líder de la gran cabecera sudamericana, afronta las próximas elecciones como un desafío para el país y para su periódico.


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