miércoles, 14 de mayo de 2025

El potente discurso en defensa de la libertad de prensa del hombre que lidera a The New York Times

A.G. Sulzberger, director del New York Times, en el edificio del periódico en Nueva York, el 13 de diciembre de 2017. (Créditos: @DAMON WINTER).

La Nación. En un contexto global marcado por el aumento de la censura, los ataques a periodistas y la propagación de desinformación, el presidente y editor de The New York Times, A.G. Sulzberger, ofreció este martes un firme alegato en defensa de la libertad de prensa. En su discurso, pronunciado durante una intervención en el Instituto Kellogg de Estudios Internacionales de la Universidad de Notre Dame en Washington, Sulzberger advirtió sobre las crecientes amenazas que enfrenta el periodismo independiente y subrayó el papel esencial de una prensa libre para el funcionamiento de las democracias. A continuación, el texto completo de sus palabras.


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El símbolo de Pepe Mujica

José "Pepe" Mujica.

Andres Osorio Guillot, Especiales El Espectador. El último mes estuvo como pesado para América Latina, ¿no creen ustedes? Más allá de ideologías, primero nos dejó Mario Vargas Llosa, luego fue el papa Francisco y ahora nos agarró la muerte de José ‘Pepe’ Mujica, expresidente de Uruguay y una de las figuras más respetadas de la política mundial.

Desde hace meses, Mujica padecía un cáncer de esófago que fue quebrantando poco a poco su salud. En enero, incluso, afirmó que no se sometería a más tratamientos y aseguró que: “Ya terminó mi ciclo. Sinceramente, me estoy muriendo y el guerrero tiene derecho a su descanso”.

Pero a inicios de esta semana parecía que la muerte era inminente. Lucía Topolansky, su esposa, informó a los medios de comunicación que Mujica había entrado en una fase terminal y que ya estaba recibiendo cuidados paliativos.

“No soy pobre, soy sobrio, liviano de equipaje, vivo con lo justo para que las cosas no me roben la libertad”


Pepe Mujica, de padres agricultores, nació en Montevideo en 1935. En la década de 1960 hizo parte de la guerrilla del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros. Desde los 14 años empezó a mostrar su interés por la militancia y por las causas sociales. En 1973 fue capturado por la dictadura de Juan María Bordaberry y hasta 1985 fue liberado. Ese tiempo en prisión -que se puede ver en la película La noche de 12 años-, fue, aunque tortuoso, clave para la figura que Mujica quiso ser para la política uruguaya y latinoamericana.

“Esos años en el fondo me transformaron. Y fueron los años que más me dieron, porque los hombres aprenden mucho más de la adversidad que de la bonanza. No sería quien soy ni pensaría como pienso si no hubiera vivido esa peripecia”, dijo Mujica.

Años después de recuperar su libertad y de que Uruguay retornara también a la democracia, Mujica volvió a la política. Fue legislador y también ministro por el Frente Amplio. Entre 2010 y 2015 fue presidente de Uruguay. Bajo su gobierno se pasó la ley del aborto en las primeras 12 semanas (2012), la regularización de marihuana (2013) y la legalización del matrimonio igualitario (2013).

Durante su mandato, Mujica donó el 90 % de su salario a obras sociales, tampoco dejó su chacra a las afueras de Montevideo y tampoco abandonó su famoso escarabajo.

“La política no es una profesión para hacer dinero, es una pasión para servir”.

En su gobierno, la tierra y la educación fueron sus temas primordiales. Sobre lo primero, fueron más los fracasos, pero como documentaron Danza y Tulbovitz, uno de sus éxitos fue crear un impuesto para terratenientes que tuvieran propiedades de más de 2.000 hectáreas. En educación también tuvo varias derrotas, pero logró mejorar los resultados de la educación técnica y pudo aumentar el rango de enseñanza en el interior del país con la construcción de una universidad pública fuera de Montevideo, la capital.

Luego de ser presidente, Mujica se instaló definitivamente en su chacra, donde se dedicó a vivir con sus animales, a cultivar su tierra y a disfrutar de la compañía de Lucía Topolansky.

/ EFE

De tanto en tanto recibió en su casa a varios referentes de la política y la cultura. Desde Residente, el cantante puertorriqueño, hasta presidentes e incluso en 2017 tuvo durante un fin de semana la visita de Noam Chomsky, el pensador estadounidense.

“Dicen que yo soy el presidente pobre. No, yo no soy presidente pobre. Pobres son los que quieren más, los que no les alcanza nada. Esos son pobres, porque se meten en una carrera infinita. Entonces no les va a dar el tiempo de la vida ni nada”.

El 5 de julio de 2024, en el jardín de su casa a las afueras de Montevideo, José Mujica recibió de manos de los presidentes Gustavo Petro y Luiz Inácio Lula da Silva las máximas condecoraciones de Colombia y Brasil. Petro colocó personalmente la Cruz de Boyacá, mientras que Lula da Silva le puso la Cruz del Sur. Un gesto simbólico de reconocimiento a uno de los referentes del movimiento progresistas en América Latina.

Les voy a dejar al final algunas de las notas que publicamos en las últimas 24 horas sobre la vida y legado de Pepe Mujica.


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