lunes, 1 de abril de 2024

Las redes sociales, los creadores de contenidos y los videojuegos influyen cada vez más en las expectativas de los consumidores hacia los medios

 
El "gaming" está influyendo en lo que los jóvenes esperan de los medios de comunicación. Foto de Florian Olivo.

Laboratorio de Periodismo. El Digital Media Trends de Deloitte de este año revela que las expectativas de los consumidores hacia los medios y el entretenimiento están siendo cada vez más influenciadas por las redes sociales, los creadores de contenido y los videojuegos, y que reclaman a los medios tradicionales que incorporen todo lo bueno que aportan estos tres servicios.

Este cambio, según especifica el informe, sugiere que las compañías de medios y entretenimiento (M&E) deben adoptar estrategias holísticas que abarquen la televisión, el cine, las redes sociales y el contenido generado por usuarios, así como el gaming interactivo e inmersivo para impulsar el descubrimiento, la participación y la monetización de su propiedad intelectual y servicios.

La tecnología ha sido una gran facilitadora de estos cambios, pero son las necesidades, comportamientos y expectativas de las generaciones más jóvenes, incluidos los millennials, Gen Z y los Alphas que les siguen, quienes realmente demandan esta transformación. Estos grupos demográficos representan más de la mitad de la población de Estados Unidos y reflejan una creciente diversidad en etnicidad, raza, identidad de género, orientación sexual y neurodiversidad.

Según el informe, a pesar de los desafíos que este cambio supone, las compañías de M&E tienen la oportunidad de aprovechar herramientas y talentos a su favor. Las redes sociales y los influencers pueden facilitar el descubrimiento y generar confianza, mientras que las comunidades de fans pueden ofrecer apoyo constante a artistas, personalidades, historias y franquicias.

Además, las tecnologías como la inteligencia artificial y los algoritmos pueden ayudar a desarrollar contenidos más atractivos y personalizados, acorde a lo que los consumidores esperan de los servicios de redes sociales, indica el estudio.

El informe también se detiene en el impacto del rápido avance de la inteligencia artificial generativa. Aunque una mayoría de los encuestados prefiere contenido creado por humanos, un porcentaje significativo reconoce el potencial de la inteligencia artificial generativa para producir contenido entretenido o incluso más interesante que el humano.

Este panorama sugiere una demanda creciente por parte de audiencias y suscriptores de un cambio más enfocado e intencional en los modelos de negocio tradicionales. Las compañías que dependen de modelos de negocio tradicionales pueden enfrentarse a desafíos insuperables en este nuevo entorno de medios digitales interconectados y dependientes. Por lo tanto, deben considerar más el mundo que tienen por delante que el que están dejando atrás, según la investigación.

Principales hallazgos del informe:

Los servicios de video en streaming aún sufren por los altos costes, la alta tasa de cancelación y la competencia de muchos frentes. Los proveedores de streaming están reconstruyendo los modelos de negocio que sostuvieron a la televisión de pago: publicidad, paquetes y contratos. Pero, ¿pueden estos modelos funcionar lo suficientemente bien en el moderno paisaje mediático que parece prestar menos atención a la publicidad y más a los creadores, influencers y comunidades?, se pregunta la investigación.

En Estados Unidos, alrededor del 60% de los encuestados se identifica como gamers, casi por igual entre hombres y mujeres. Sin embargo, las mujeres gamers siguen enfrentando desafíos con el acoso, el bullying y los estereotipos en juegos y comunidades de juegos. En un momento en el que hay muchos juegos de servicio en vivo y experiencias multijugador mpulsando inversiones (y costes), muchas mujeres prefieren juegos móviles en solitario y aventuras basadas en historias. Para que el gaming continúe creciendo, la industria del juego debería considerar formas de atender mejor a las mujeres gamers.

Los creadores en línea e influencers son estrellas de los medios, creadores de tendencias y guías turísticos, dirigiendo a sus fans hacia productos, marcas, experiencias y contenido mediático. Las compañías de medios tradicionales pueden necesitar desarrollar una simbiosis con los creadores y plataformas, reconociendo al mismo tiempo la tensión inherente en la competencia por espectadores y dólares publicitarios.

Para muchas personas, ser un fan es parte fundamental de su identidad. Ya sea videojuegos, franquicias de televisión y cine, actos musicales o equipos deportivos, los fans están dispuestos a gastar y seguir a sus favoritos a través de plataformas de entretenimiento. Identificar franquicias dignas de fans desde el principio, fomentar el fandom y proporcionar más formas para que los clientes interactúen (y gasten) podría ser esencial para las compañías de M&E que buscan más ingresos y lealtad.

La Generación Z y los millennials (y la Generación Alfa que les sigue) son las generaciones más diversas en la historia de Estados Unidos, en términos de etnicidad, raza, identidad de género, orientación sexual y neurodiversidad. Quieren medios y entretenimiento que reflejen el mundo que ven y las vidas que viven.

Las escuelas de periodismo deben ir más allá del periodismo y preparar a los graduados para roles en los medios modernos

 
A medida que el periodismo evoluciona rápidamente, las escuelas deben pensar críticamente sobre los planes de estudio y equipar a los graduados con habilidades para roles emergentes en los medios.

David Cohn, Poynter. El campo del periodismo está evolucionando. Las escuelas de periodismo son una parte crucial de ese proceso, ya que enseñan a los estudiantes las habilidades necesarias para iniciar empleos que, con suerte, se convertirán en carreras florecientes. Esta tarea, destinada a preparar a los estudiantes no sólo para un trabajo sino también para una carrera, se ha vuelto cada vez más compleja.

Enseñar a un periodista joven exige más que capacitarlo en habilidades tradicionales de narración y ahora debe incluir, como mínimo, una comprensión superficial del ecosistema digital más amplio, la gestión de productos, la participación de la audiencia, las experiencias de los usuarios, las fuentes de ingresos y más. Si las escuelas de periodismo quieren tener éxito en su misión, deben enseñar a los estudiantes a tener éxito en toda la industria, no sólo como reporteros.

Históricamente, la relación entre la educación en periodismo y el mundo profesional era sencilla: las escuelas de periodismo son parte de un modelo de aprendizaje de larga data, en el que la industria subcontrataba los años más “verdes” a una escuela de oficios. Las escuelas prepararon a los estudiantes, que luego fueron fácilmente absorbidos por la industria.

La mayoría de las escuelas de periodismo se centraron en la enseñanza del oficio, no en el estudio académico del periodismo como actividad intelectual. Sí, doctorado. Existen programas, pero ese no es el pan de cada día de la educación en periodismo. Los estudiantes se inscriben en estos programas por ambiciones profesionales.

Informar y escribir siguen estando en juego, pero ahora los estudiantes necesitan estar equipados con habilidades que vayan más allá de la narración y los conduzcan a trayectorias profesionales completamente diferentes, aún dentro de los límites de los medios y el periodismo. Un gran ejemplo de ello es cómo la industria y las escuelas se adaptaron a las redes sociales. El crecimiento de las redes sociales generó títulos de trabajo de nivel básico completamente nuevos, como "productor de redes sociales". Mientras que los trabajos periodísticos tradicionales de nivel básico conducían a una carrera que habría terminado en un título de editor en jefe, estos nuevos trabajos pasaron a carreras que culminaron en un título como el de jefe de audiencia.

Quizás porque podría entenderse bajo la rúbrica de “narrar historias”, muchas escuelas de periodismo se apresuraron a adaptarse y adoptar nuevos cursos, metodologías de enseñanza y una ampliación del oficio que enseñaban para preparar a los estudiantes para estos nuevos trabajos en las redes sociales. Si bien algunas instituciones han navegado hábilmente este cambio (yendo aún más lejos al incorporar periodismo de datos, estrategia de redes sociales e incluso los conceptos básicos de codificación en sus planes de estudio), otras se han quedado atrás.

Sin embargo, la próxima disparidad que surgirá será entre las escuelas de periodismo que amplíen su tarea más allá de enseñar “narrar historias” para incluir la enseñanza de todas las trayectorias profesionales previas al producto, los ingresos, la audiencia y más. Una escuela de periodismo que no prepara a sus estudiantes para al menos comprender estos elementos de nuestra industria está limitando el potencial de éxito de sus estudiantes.

Con demasiada frecuencia, me encuentro con escuelas de periodismo que sólo consideran la “narración” bajo la carga de las cosas que enseñan a los estudiantes. Esta disparidad creará brechas en el ecosistema, dejando a algunos nuevos graduados mal preparados para las realidades del panorama periodístico.

Y sí, hay escuelas y programas que están haciendo grandes avances en este sentido, especialmente en lo que respecta a la gestión de productos. Sin embargo, hay otras escuelas que están produciendo graduados que solo son capaces de ingresar al espacio editorial y no están bien equipadas para siquiera reconocer los roles importantes, bien remunerados e impactantes en los medios que mantienen el ecosistema avanzando.

El surgimiento de nuevas trayectorias profesionales dentro del periodismo (como la estrategia de audiencia, la gestión de productos y el entrelazamiento de consideraciones editoriales y de ingresos) pone de relieve la necesidad de un enfoque más radical de la educación periodística. Estas funciones son tan fundamentales como los informes tradicionales y dan forma a la forma en que se crea, distribuye y monetiza el contenido.

Para que las escuelas de periodismo cumplan verdaderamente su propósito, deben evolucionar tal como lo hace la industria.


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Orgullo, vocación y periodismo en mayúsculas desde el medio rural

Aurora Lazaro, periodista española.

https://cadenaser.com/. Aurora Lázaro quería ser maestra, pero "me dijeron que era un trabajo mal pagado e ingrato". Así que decidió irse paseando por las facultades para entender qué quería. "No tengo referentes en la familia, no conocía ningún periodista pero sí era muy lectora, además de tener mucha curiosidad, por lo que me decanté por periodismo. Esa vocación estaba dormidita. El periodismo debería ser didáctica. Yo estoy en la ralla entre lo que era y lo que es. Y me agarré a lo antiguo", expresa, valorando que hoy día hay casi más opinión que información. "No he querido nunca dejar la profesión, pero no soporto la presión para informar ni las influencias. Cuando te enfrentas a eso tienes que tomar decisiones en tu vida, y yo podía tomarlas, y las tomé, que otros no pueden. Pero yo la tomé. A mí me gustaba el primer periodismo. Ir con Florentino Lara a los pueblos. Y pasarte una mañana o una tarde en el medio rural para contar, buscar...", detalla.


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La prensa y el ‘procés’

Jordi Juan, periodista español.

Jordi Juan, La Vanguardia. Los periodistas somos una de las profesiones que tienen mayor capacidad de autocrítica y no ejerce el corporativismo tan habitual en otros empleos, salvo cuando se ve amenazada la libertad de expresión. La proliferación de falsas noticias y la aparición de nuevos medios digitales con intereses que no son los meramente informativos han contribuido a degradar el prestigio de la profesión de periodista. Por eso, es bueno que de forma transparente aparezcan estudios que reflexionen sobre el papel de la prensa y la responsabilidad que se tiene a la hora de escoger qué noticias se dan y cómo se dan. Josep Carles Rius, que ha trabajado durante 22 años en La Vanguardia en cargos de responsabilidad y ha sido decano del Col·legi de Periodistes de Catalunya, es una voz más que autorizada para hacerlo. Publica Periodismo y democracia en la era de las emociones y abre el debate sobre cómo se puede defender la veracidad de los hechos por encima de la ideología y de los sentimientos que tiene cada periodista. No estamos hablando de la opinión, que es libre, y allá cada cual que exprese la que mejor le convenga, sino de la información pura y dura que nunca debería ser tergiversada por otros intereses. Hay muchos ejemplos en el libro, pero quizás el que más nos afecta sea toda la información relacionada con el procé s en Catalunya y cómo aquella crisis política de tanta magnitud provocó reacciones emocionales que no se correspondían con la objetividad periodística.


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La edad de oro del periodismo gráfico


Pablo Delgado, https://abcblogs.abc.es/En la actualidad, no podemos entender el periodismo sin imágenes. A lo largo de la historia, desde que comenzó el uso de la ilustración en la prensa, éste se desarrolló gradualmente en el transcurso de los siglos XVI y XVII. La difusión de noticias empezó a formarse en el transcurso de la Ilustración en el llamado Siglo de las Luces por la confluencia de corrientes intelectuales basadas en la razón, los métodos científicos, la propagación del saber y la modernización de la sociedad que lo caracterizan. En esa propagación del saber y en un aumento de la alfabetización de la población, a la que el periodismo contribuyó en gran medida. El periodismo gráfico se desarrolló en Europa a principios de la Edad Moderna con la aparición de la xilografía y la tipografía impresa. Las noticias de todos los rincones del mundo, ilustradas con gran imaginación, se distribuían por los llamados buhoneros o voceros en forma de hojas sueltas impresas.


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