Escena 1. En una de las bancas de la morgue está un hombre
sentado. En su camisa blanca resaltan las manchas de sangre. Se agacha y, entre
las manos, sostiene su cabeza. Una mujer, con traje de lentejuelas, lo abraza e
intenta consolarlo pero es inútil: su familia murió el mismo día que celebró su
boda.
Frente a ellos, una reportera espera.
Escena 2. Hay confusión. El bus interprovincial se volcó.
Las personas están en la avenida, esperando atención. Las cámaras llegan al
lugar.
Un reportero pacta la entrevista con uno de los pasajeros,
víctima del accidente, y espera a que el camarógrafo le dé la señal.
Estas escenas tienen cosas en común. Las dos están
atravesadas por una situación dolorosa. En ambas están presentes periodistas
que esperan hablar con los afectados, para transmitir lo que les sucedió. Pero, sobre todo, en cada una, los reporteros
plantearon la misma pregunta a sus entrevistados: “Después de lo sucedido,
¿cómo se siente?”.
Los videos en YouTube califican este tipo de interrogantes
como estúpidas, porque indagan en lo obvio.
Acercarse a quienes atraviesan situaciones de riesgo, violencia,
requiere de empatía y también de habilidad para hacer las preguntas correctas.
Un post, publicado por Clases de Periodismo, que recoge las
recomendaciones realizadas por Judith Matloff, colaboradora de The New York
Times, hace referencia a las entrevistas en situaciones hostiles. En él se
explica que lo mejor es pedirle a la persona que cuente lo que recuerda.
Además, es fundamental mostrar un interés genuino por la
problemática y por entender la realidad. Es importante olvidar la prisa, hora
de transmisión, cierre y escuchar activamente. Uno aprende con el oficio, que
no importa la cantidad de cuestionamientos que lancemos sino la precisión, la
pertinencia y la humanidad con la que podamos preguntar…
Roque Rivas Zambrano
salvataje@yahoo.com
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