lunes, 6 de noviembre de 2023

Los secretos de la familia del periodismo

Ben Bradlee, edtor y custodio de los secretos del Post, 1975 / Diana Walker, Smithsonian Institute.

Miguel Ángel Sánchez de Armas, Los Ágeles. “Janet Cooke es una hermosa y vital negra con aire dramático y un extraordinario talento para escribir. También es la cruz que el periodismo -especialmente el Washington Post y en particular Benjamin C. Bradlee- llevará a cuestas para siempre. A los 26 años escribió una vívida y dolorosa historia sobre un heroinómano de ocho años a quien el concubino de la madre inyectaba periódicamente. La información se publicó en primera plana el domingo 28 de septiembre de 1980 y tuvo en vilo a la capital de Estados Unidos durante semanas. El 13 de abril de 1981 ganó para Cooke el Premio Pulitzer. “En las primeras horas del 15 de abril de 1981, Janet Cooke confesó que era una invención: Jimmy no existía, y tampoco el concubino. Desde ese momento la expresión ‘Janet Cooke’ se hizo sinónimo de lo peor en el periodismo estadounidense, tal como la palabra ‘Watergate’ significa lo mejor.” Así recordó Ben Bradlee, el legendario director del Washington Post, un doloroso capítulo de su vida profesional, antecedente en línea directa del “caso Jayson Blair” que apaleó al arrogante New York Times, el cotidiano que anuncia publicar sólo aquellas noticias “que lo ameritan”. Janet Cooke y Jayson Blair fueron protagonistas de episodios que se han dado y se darán en todos los medios de comunicación del planeta, pero se resguardan como penosos secretos de familia. Los conocemos cuando su naturaleza explosiva impide confinarlos a las redacciones.


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Francisco Zúñiga Tapia. Biobiochile. Si el escándalo Watergate es sinónimo de buen periodismo, el caso de Janet Cooke se convirtió en lo opuesto. En 1980, esta periodista publicó una historia sobre un niño adicto a la heroína que resultó ser falsa. La mentira escaló tanto que recibió un Premio Pulitzer, el galardón más prestigioso de Estados Unidos que puede recibir un periodista.

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Las amenazas al periodismo en Ecuador fueron expuestas en audiencia ante la CIDH

María Sol Borja, María Amelia Espinosa, Christian Zurita, Karol Noroña, Ricardo Rivas y César Ricaurte.

Expreso. Un sinceramiento del oficio. Una delegación de periodistas ecuatorianos compareció este 6 de noviembre en audiencia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para exponer las amenazas que vive la profesión en el creciente contexto de violencia. La delegación estuvo conformada por Ricardo Rivas, Karol Noroña, Christian Zurita, María Sol Borja, María Amelia Espinosa y César Ricaurte. Mientras que el Estado ecuatoriano, por su parte, estaba conformado por el ministro de gobierno y el procurador general.


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