Aníbal Saucedo, periodista, docente y político paraguayo.
La Nación. Hubo un tiempo en que algunos artículos de opinión no necesitaban siquiera la firma de quien los escribió para reconocer a su autor. Fue antes del diluvio arrasador de la exaltación de la mediocridad, del masivo adocenamiento y de la fama pasajera, siempre superficial, que renuncia a la esencia de la plenitud creadora. Se había cumplido la sentencia del naturalista, matemático y escritor francés Georges-Louis Leclerc de Buffon: “El estilo es el hombre mismo” y “no puede robarse y transportarse”. Aparecieron, obviamente, imitadores, pero a un abismo de distancia de la matriz original. Lo que en lenguaje coloquial diríamos: “Ni por aproximación”.
***