Un informe de inteligencia estadounidense que se espera
sea desclasificado el viernes revela que el príncipe heredero de Arabia
Saudita, Mohammed bin Salman, aprobó el asesinato del columnista del Washington
Post, Jamal Khashoggi, según una fuente consultada por Bloomberg. Joe Biden
conversó este jueves con el rey de Arabia Saudita sobre el crimen del
columnista de The Washington Post ocurrido en 2018 dentro del consulado del
país petrolero en Estambul. Hoy se espera que la Casa Blanca publique el
esperado reporte.
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ABC. Un informe de la inteligencia de Estados Unidos,
desclasificado este viernes por Washington, concluye que el Príncipe heredero
Mohamed bin Salman, aprobó el plan para capturar o matar al periodista Jamal
Khashoggi, que murió y fue descuartizado en 2018 en el consulado saudí en
Estambul, informa Reuters. El informe se conoce al día siguiente de que el
presidente estadounidense, Joe Biden, hablara por teléfono con el rey Salman, a
quien mostró su intención de trabajar por una relación bilateral "lo más fuerte
y transparente posible", según el comunicado posterior de la Casa Blanca.
También subrayó su defensa de los derechos humanos, si bien la nota oficial no
menciona el nombre de Khashoggi. Ya en 2019 se conoció que un informe de la CIA concluía
que el príncipe Bin Salman era el responsable último de la muerte del
periodista, que escribía una columna en el diario ‘The Washington Post’. Así
mismo, una investigación de la ONU estableció que el asesinato de Khashoggi fue
resultado de "un plan elaborado" y "premeditado" bajo supervisión de altos
cargos de la corona saudí, y apuntaba la responsabilidad de Bin Salman.
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Infobae. El gobierno de los Estados Unidos desclasificó este
viernes un informe de inteligencia que asegura que el asesinato del periodista
Jamal Khashoggi fue ordenado por el príncipe heredero Mohammed bin Salman. Hasta
el momento el reino saudita había negado cualquier responsabilidad en el hecho,
aunque sí había reconocido la muerte del periodista ocurrida en 2018 en el
consulado saudita en Estambul, Turquía, la cual atribuyó a agentes de
inteligencia rebeldes.
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