Los inquisidores afirmaban que leer
demasiado era peligroso, porque llevaba a dudar de las escasas certidumbres que
tenían en los bolsillos de la vida. El acceso a determinados libros era
restringido y podía costarle la existencia a quien se atreviera a desafiar la
prohibición de recurrir a ellos. Las épocas en que solo un grupo privilegiado
podía revisar documentos reveladores se acabaron.
La biblioteca Aurelio Espinosa Pólit,
fundada por el Padre Aurelio Espinosa en el año de 1929, en el colegio
Noviciado de la Compañía de Jesús, en Cotocollao, es uno de esos paraísos. En
medio de sus paredes, intenta preservar información sobre hechos importantes de
nuestra historia; textos de autores ecuatorianos, además de piezas de arte.
En un reportaje realizado por Anahid León
se recogen las declaraciones de la comunicadora de la biblioteca, Andrea
Guañuna, quien afirma que cuentan con 300 mil ejemplares bibliográficos, 7 mil
títulos de revistas y periódicos, 7 mil 392 materiales cartográficos y diez
salas de Arte e Historia que van desde la Etapa Colonial hasta la Moderna.
El acervo incluye, según Guañuna, una
colección biológica, conformada por 13 mil 500 ejemplares botánicos y 200 mil
mariposas, que evidencian la riqueza natural del Ecuador.
Obras imprescindibles que se pueden
consultar: la primera biografía de Santa Mariana de Jesús, por el padre Jacinto
Moran de Buitrón; ‘Historia del Reino de Quito’, del padre Juan de Velasco;
obras originales de Eugenio Espejo y de Juan Bautista Aguirre, uno de los
primeros poetas ecuatorianos.
Para dar un paseo por el pasado y
redescubrirnos, basta con dedicar tiempo para perderse por los pasillos de este
espacio, que bien podría ser, para nosotros, una biblioteca infinita, como la
que Borges describía en sus relatos.
Roque Rivas Zambrano
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