Paco Sánchez, periodista español.
José Antequera, La Opinión. Lo tuve delante de mí, al
otro lado de la mesa de la redacción, cara a cara, durante diez largos años. En
aquella época él cubría información local y yo me dedicaba al periodismo de
sucesos, dos secciones totalmente diferentes que nos condenaban a vivir la
mayor parte del tiempo metidos en nuestros propios universos de noticias y
obsesiones periodísticas. A veces pasaban los días y estábamos tan enfrascados
en nuestros asuntos que nos decíamos buenos días al entrar, buenas noches al
salir y poco más. Éramos dos mundos viviendo nuestra dura existencia laboral,
separados por una montaña de papeles, teletipos, absurdos dosieres de prensa,
carpetas y libros. A veces parábamos de trabajar cinco minutos y para
desestresar bromeábamos sobre algo absurdo que se nos pasaba por la cabeza,
cosas como el fútbol de antes (el de Cruyff, Santillana y Juanito), películas
clásicas o temas literarios como los libros de Saramago, García Márquez y
Vargas Llosa. Fue en esos descansillos de máquina de café, en esas pausas donde
nos relajábamos de la frenética actividad del periódico, donde conocí al gran
tipo que era Paco Sánchez.
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