miércoles, 18 de septiembre de 2024

Periodismo en Chile: Pelear, educar, informar e influir

Alfredo Sepúlveda autor del libro 'Historia del periodismo en Chile', en Santiago (Chile). En julio de 2024. (Sofía Yanjari).

El País. Arma de la política, instrumento para la educación de las masas, vehículo de la verdad objetiva o herramienta para fiscalizar a los poderes del Estado. A lo largo de nuestra vida republicana el periodismo se ha comprendido de distintas maneras, aunque una constante en esta historia ha sido la intensa y no siempre fácil relación que este oficio ha mantenido con el poder. En su reciente y ambiciosa Historia del periodismo en Chile (Sudamericana), el escritor Alfredo Sepúlveda nos relata de manera entretenida y equilibrada el devenir que han debido sortear medios y periodistas desde que, en los albores de la Independencia, Camilo Henríquez comandara con ímpetu revolucionario la labor de la Aurora de Chile. Al mismo tiempo, las pugnas entre el Gobierno del presidente Boric con los medios o el rol que el periodismo puede jugar cuando explotan acusaciones masivas de corrupción, como lo hemos visto estas semanas, hacen que estas reflexiones gocen de particular actualidad. El libro sigue de manera cronológica los principales hitos de esta historia hasta llegar a nuestros días. El ejercicio es difícil, pero Sepúlveda logra su cometido de manera más que satisfactoria. Así, conocemos las peripecias del ya mencionado Henríquez, de Andrés Bello, Francisco Bilbao, los distintos Agustín Edwards, Luis Emilio Recabarren o Darío Sainte Marie a la hora de fundar, dirigir o escribir en diversos medios, aunque también le sigue los pasos a personajes menos conocidos que estuvieron detrás de proyectos que aún resuenan en nuestra memoria, como El Chileno, El Ferrocarril, El Diario Ilustrado, Zigzag o El Peneca, entre muchos otros proyectos informativos que pueblan las páginas de este libro. El centro, eso sí, está puesto en la relación que el periodismo ha tenido con la política, un vínculo que nunca ha sido sencillo, pues la censura o las amenazas de los órganos de poder siempre han tendido a aparecer cuando la divulgación o el análisis de los engranajes del Estado o de hechos poco decorosos de los dirigentes asoman en páginas y pantallas.


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