Elías Machado
Gonçalves. Un señor toma
el tranvía después de comprar el diario y ponérselo bajo el brazo. Media hora más tarde
desciende con el mismo diario bajo el mismo brazo. Pero ya no es el mismo diario, ahora
es un montón de hojas impresas que el señor abandona en un banco de la plaza. Apenas
queda solo en el banco, el montón de hojas impresas se convierte otra vez en un diario, hasta
que un muchacho lo ve, lo lee y lo deja convertido en un montón de hojas impresas. Apenas
queda solo en el banco, el montón de hojas impresas se convierte otra vez en un
Diario, hasta que una anciana lo encuentra, lo lee y lo deja convertido en un
montón de hojas
impresas. Luego se lo lleva a su casa y en el camino lo usa para empaquetar
medio kilo de
acelgas, que es para lo que sirven los diarios después de estas excitantes metamorfosis (Julio Cortázar).
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