José Ignacio Lopez, periodista.
Astrid Pikielny, La Nación. Todos los caminos de José Ignacio López parecen converger
naturalmente en el Monasterio de Santa Catalina de Siena, en el barrio de
Retiro, el lugar elegido para la entrevista con el diario LA NACION, medio en
el que dio sus primeros pasos como periodista en la década de 1960. Por este
monasterio construido hace 300 años, que funcionó como hospital de sangre
después de las invasiones inglesas, pasaron algunas figuras de la Iglesia que
dejaron huella en su vida. En un gesto de gratitud y reconocimiento nombrará a
cada una de ellas. Católico practicante, López se define como “un hombre de
iglesia, no un hombre de la Iglesia... Siento la responsabilidad del laico, la
de dar testimonio”, dice el periodista sentado en una de las salas del convento
en el que todo es quietud y silencio. Nunca tuvo vocación religiosa y supo
desde siempre que quería ser periodista.
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