Foto de
familia tras la inauguración del máster, el lunes. Foto: Antonio Heredia.
El Mundo. Es difícil ser
marino en alta mar y también campesino. De una manera distinta, es duro también
ser bombero, policía o trabajar en Wall Street. Estas tres últimas actividades
comparten con la profesión periodística la expectación, la incertidumbre y el
no saber nunca qué va a pasar. Un continuo arrebato que lleva a arriesgarse, a
intentarlo contra cualquier circunstancia y, para qué negarlo, querer siempre
más. Sobre
los gajes del oficio, también sus vicios pero, sobre todo, sus bondades, pudieron
escuchar el lunes los estudiantes de la edición número XXI del Máster de
Periodismo de EL MUNDO, que imparten la Escuela de Unidad Editorial (ESUE) y la
Universidad San Pablo CEU, una experiencia formativa que acerca la práctica del
periodismo desde distintos ángulos y plataformas, incidiendo en las nuevas
realidades y mecanismos que conforman esta profesión en la que, por encima de
todo, prima la curiosidad.
Rubén Amón, en la inauguración del XXI Máster de Periodismo: ‘Hay que buscar la verdad y la belleza’
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