El 8 de Marzo es una fecha memorable, cuando las mujeres se unen para
marchar y recordar el origen de una conmemoración que surgió de la lucha por la
equidad de oportunidades. Ayer, en muchos rincones del planeta se escucharon
las consignas, al igual que sucedió, a mediados del siglo XIX, cuando las miles
de trabajadoras textiles se tomaron las avenidas de Nueva York, bajo el lema
‘Pan y rosas’, para reclamar frente las precarias condiciones laborales, los
horarios inhumanos y el trabajo infantil.
Esta manifestación, que tuvo lugar en 1857, sentó un precedente para las
movilizaciones que siguieron. No fue hasta el 25 de marzo de 1911, cuando se
produjo el incendio de la fábrica de camisas Triangle Shirtwaist, donde
murieron 123 mujeres y 23 hombres, que se introdujeron nuevas normas de
seguridad y salud laboral en Estados Unidos. El Día de la Mujer es el momento
preciso para reclamar causas justas.
Este año, siguiendo el llamado de Reporteros Sin Fronteras, es
indispensable sumarse a la petición de liberación de las 27 mujeres periodistas
en prisión en todo el mundo; algunas padecen condiciones carcelarias crueles,
son víctimas de tortura y de acoso sexual. RSF exige que sean puestas en libertad
de manera incondicional. Según sus registros, que datan de finales de febrero
de 2019, hay 334 periodistas encarcelados, de ellos 27 son mujeres, el 8% del
total. Hace cinco años era solo el 3%.
Las 27 periodistas son perseguidas por los textos que escriben o la
información que publican en las redes sociales. Entre las acusaciones más
comunes está la de “pertenecer a grupos
terroristas”, señalamiento sin fundamentos, pero que se emplea para justificar
severas penas de prisión para estas profesionales que solo buscan informar y
revelar actos de corrupción.
Eurodiputados denuncian las "condiciones inhumanas” que viven los periodistas Lucía Pineda y Miguel
Mora en El Chipote, Nicaragua (El Nuevo Diario).
Roque Rivas Zambrano
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