Lara Logan, periodista.
Era 2011, Lara Logan, periodista sudafricana que trabajaba
para la cadena de noticias americana CBS News, estaba en la Plaza Tahrir
cubriendo la revuelta egipcia en El Cairo. En medio de un tumulto, transmitía
un informe especial para el programa 60 minutos. De vez en cuando, los
asistentes se le acercaban a pedirle autógrafos o a tomarse fotos con ella.
En cuestión de segundos, el panorama se tornó violento. La
batería de la cámara se agotó y, cuando el camarógrafo se disponía a cambiarla,
escuchó que alguien gritaba que le bajaran los pantalones a la periodista.
Asustado, la miró y le dijo: “Tenemos que salir de acá ahora”, pero en ese
instante la reportera sintió una avalancha sobre ella.
Su equipo no logró rescatarla y ella vivió los 40 minutos
más aterradores de su vida. Un grupo de hombres le arrancó la ropa, la manoseó,
la golpeó… Lo más traumático para Logan fue, según declaró, la crueldad con que
actuaron y cómo su sufrimiento los volvía más violentos.
El de Logan es uno de los tantos relatos de agresiones a
mujeres periodistas. En marzo de 2016, en Argentina, la periodista Mercedes
Ninci fue víctima de una brutal agresión de militantes que apoyaban a la
exmandataria Cristina de Kirchner. En abril, en México, Gloria Ruiz, Teresa
Ochoa y María Elena Ferral denunciaron que fueron violentadas y perseguidas
judicialmente.
Según el informe ‘El poder del cacicazgo. Violencia contra
mujeres periodistas 2014-2015’, aumentó en un 70% en dos años. Las reporteras
están expuestas a agresión física y psicológica, amenazas, allanamientos
ilegales, ataques cibernéticos y calumnias, por contribuir a la construcción de
un periodismo crítico. Es hora de parar esta infamia y que estos ataques a la
integridad de las mujeres periodistas cesen definitivamente.
Roque Rivas
Zambrano
roque@lahora.com.ec
roque1rivasz@gmail.com
salvataje@yahoo.com
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