lunes, 17 de octubre de 2022

El buen periodismo trabaja en la oscuridad en América Latina

 

Señales. La opacidad ha convertido a América Latina en una verdadera selva. La corrupción espolea los erarios y las políticas públicas destinadas a la población vulnerable, lo que provoca la indignación popular. La respuesta de la autoridad ha sido represión brutal a través de la policía. La crisis política se revela sin maquillaje, descarada, al punto que el crujido de la democracia se mastica, hace eco. También la asfixia prevalece en las libertades. Cuando la democracia se debilita, los extremos se encienden. Cunde el fanatismo, la ausencia de diálogo y las verdades sin fisuras. Y muchos dueños de medios de comunicación y periodistas cambian el buen periodismo por el silencio de la información relevante para ocultar daños y responsabilidades, y por la entrega de noticias sensacionalistas y no verificadas que denigran a los adversarios y a la gente. Donde ayer había caminos, hoy hay trincheras. Para los millones de ciudadanos en la intemperie, la buena y oportuna información es oxígeno. Es vida.


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