Infobae. Durante los primeros siete meses posteriores a su divorcio, Li Xiuping
pensó que su exmarido había desaparecido de su vida. Luego vino la llamada
telefónica que convirtió a Li, periodista de un diario propiedad del Estado en
Pekín, en una incansable activista que defiende los derechos económicos de las
mujeres chinas. En aquella llamada breve, el exesposo de Li le dijo que ella no
había asistido a una audiencia judicial que iniciaron los acreedores que
estaban buscando a la pareja en relación con préstamos insolutos, una deuda de
la que Li afirmó no tener conocimiento. Tras un viaje desesperado al tribunal,
Li se enteró de que su exmarido había pedido prestados alrededor de 400.000
dólares.
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