Hugo el búho, Faceboook. Mismamente, una tradición que causa acidez. Horrible eso de llevarle serenata a ese adefesio de banda presidencial. Hay tradiciones que valen la pena, pero eso de cantarle a un señorito que odia a la gente que no es como él, no es de dios ni del diablo. Yo, de alcalde ni bola le parara a su vecino del frente; peor ahora que se hacen los sabidos con las fiestas de Quito, usando al SERCOP (¿así se llama?) para vengarse de que no le apoyaron en su Consulta mañosa. Ese diminuto ser quiere venganza.
Como dicen los jóvenes: no hay que ser migajero. Si tanto quiere serenata, ya pues, que la Embajada gringa le mande unos cuantos marinos que toquen el trombón y el saxo, y ya. O que le lleve serenata la orquesta “Las deudas chao no ve”. O que le contraten al Fausto Miño. Ese sería puntazo. Ese pobre desubicado que anda buscando atención en redes sería ideal para cantarle uno de sus hits.
Hay que tener muy mal gusto para arriesgarse a serenatearle a ese jovencito bobo. Dicen que hasta cuando escucha música usa telepronter. No, ya en serio, degana le van a hacer pasar un mal rato a la banda municipal. Yo le llevaría serenata quiteña a la bella gente de las comunidades de Imbabura. Eso sería hermoso. Gastando pólvora en gallinazos. Todos sabemos que, a esas horas de la noche, cierto mandatario se dedica a cuestiones más… más aspiracionales.
Para que todo quede en familia, yo propongo que a esa serenata asista solo el Concejal Merino. Y que el man le cante sus chancherías con alma, vida y corazón. Ya que está haciendo méritos para que Noboa le tome en cuenta para las siguientes elecciones de alcalde, ya pues, siga llamando la atención, siga haciendo shows frente a las cámaras, hágase la vístima, escríbale una canción que podría empezar más o menos así:
Yo quiero un presidente como tú, como tú,
que quiera un alcalde como yo, como yo,
La-ra-la-ra-la-lá.
Ya con eso, candidatura ganada en ADN. Claro que habría que asesorarle un par de años. Porque tiene menos carisma que un ladrillo mal horneado. En este país que brillan los oportunistas, no sería nada raro que desde esta semana el Wilson ya use hasta gafas oscuras en las sesiones del Concejo Municipal. Medio parecidos son: solo que el uno es oligarca y el otro, arribista. Elé.
Sería una buena noticia que desaparezca esa fea tradición. Cuando vayan a la cárcel algunos de los que sabemos, ahí sí, hasta yo me apunto. Serenata presidiaria -con banda de pueblo- a los enemigos del pueblo. De una.
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