A pesar de las amenazas y ataques, Robert Posada solo tiene un escolta oficial. No puede salir de su oficina y vive aislado junto al alcalde local. (Archivo Particular).
Cecilia Orozco Tascon, El Espectador. Así habla el periodista colombiano, Robert Posada, en mayor riesgo de ataque, de Tuluá, Valle del Cauca. Pese a sus tremendos problemas de seguridad, aceptó ser secretario de Desarrollo Institucional de la alcaldía de Gustavo Adolfo Vélez, también calificado, por la cantidad de atentados en su contra, como el mandatario local más amenazado del país: sus peligros son tan evidentes, que nunca pudo tener contacto físico con sus votantes. Una historia de terror y de valor civil.
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