domingo, 18 de junio de 2023

Un padre te enseña con ejemplo...

 
Roque Vicente Rivas Vera.

Rody Rivas Zambrano, Facebook. Un padre te enseña con ejemplo...Dicen que un padre tiene la obligación de sentarte en tu regazo y darte las pautas para que puedas enfrentar los altibajos de la vida. Mi padre no lo hizo. No, mi padre no me contó historias ni cuentos de lo que sería mi presente ni mi futuro. Mi padre fue más allá. Mi padre dejó las palabras aparcadas y me enseñó con hechos que sin sueños, ni metas ni objetivos tu presente y tu futuro serán inciertos. Y que sin esfuerzo ni trabajo, tampoco consigues nada...

La composición fotográfica que he publicado corresponde a mi padre y al lugar donde nací. Precisamente no es la casa original, pero sí el sitio y parte de su estructura de madera y caña guadua. Allí nací hace 52 años. Eran pasadas las ocho de la mañana cuando la partera Nieve Muñoz me ayudó a salir del vientre de mi madre. Así empezó mi afortunada vida…

Dicen que alguien corrió entre unos platanales a buscar a mi padre que se encontraba con más trabajadores desfrotando un potrero. Mi padre corrió a casa para darme la bienvenida. Fui el décimo tercer hijo y el último que tuvo mi madre.

A partir de allí empecé a vivir una vida marcada por mil aventuras bajo el paraguas de esos dos seres extraordinarios; dos campesinos trabajadores hasta la médula y humildes hasta el punto de quedarse sin comer por darle el pan a su familia y amigos.

Cincuenta y dos años después sigo agradeciendo a la vida por lo afortunado que he sido y aunque ellos ya no estén no hay noche en la que no me duerma dándole gracias a Dios por los padres que me regaló.
Gracias Roque Vicente Rivas Vera.

Gracias Delfida Ramona Zambrano Giler.

Feliz Día del Padre.


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Roque Eudaldo, autor del texto; mi padre Roque Vicente Rivas Vera y mi hijo Roque Alejandro.

¡Papá...!

Roque Eudaldo Rivas Zambrano. Vivió 76 años y todos los dedicó a la agricultura. Por la práctica obsesionada de este oficio estableció una relación sabia y entrañable con la naturaleza. Usó siempre métodos ancestrales. Sabía cómo mantener los terrenos y nunca usó los agroquímicos.

Guiado por la luna conocía cuándo sembrar para asegurar una cosecha extraordinaria y cuándo cortar la madera para que nunca se apolillara. En sus propiedades hay viviendas construidas hace más de cincuenta años y está en perfecto estado. Fue un trabajador descomunal. Su jornada fue más allá de seis a seis.

Era realmente incansable. Tuvo seis propiedades. En ellas mantuvo cultivos de pastizales, cacaotales, cafetales, platanales y frutales. Mantuvo casi siempre más de cien cabezas de ganado res, con un promedio de 40 vacas paridas. También caballerizas, chancheras y gallineros. Nunca le faltó alimento para mantener a su numerosa prole. Fue, además, un guía espiritual y ético descomunal. Toda su vida practicó una honradez acrisolada con el ejemplo. En la zona fue considerado un gran líder.

Fue también gran conversador. Compartió a la mesa con sus hijos donde les hablaba de valores. En esos tiempos felizmente no había la televisión que cortó la comunicación familiar.

El vivió entre 1924 y el 2000, pero al final de sus años fue afectado por el mal de Parkinson, una enfermedad que fue arrastra hacia los recuerdos del pasado. Sus últimos años vivió una especie de alucinaciones. Desde el balcón de su casa decía que veía sus caballos y su ganado. Hoy mi homenaje para ese gran papá...


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