Una niña y su
madre regresan a su aldea en Herat en noviembre. Jalil Rezayee / EFE.
El Diario. Hace dos días
tuve que huir de mi casa y dejar atrás mi vida en el norte de Afganistán
después de que los talibán ocuparan mi ciudad. Sigo huyendo y no hay lugar seguro
al que pueda ir. La semana pasada yo era periodista de noticias y hoy no puedo
usar mi propio nombre para escribir ni decir de dónde soy o dónde estoy. En
cuestión de días toda mi vida ha sido aniquilada. Este es el relato de una
periodista de 22 años que ahora no puede ni usar su propio nombre. Ha huido de
su casa en el norte del país después de que su provincia cayera en manos
talibán.
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