Lorena Amurrio Montes, Los Tiempos.
Nunca imaginé ser testigo en primera persona del declive de la prensa escrita
boliviana. Nombres de grandes como Los Tiempos, La Razón o El Deber hoy
enfrentan lo que podría ser el final de los “diarios” y una revolución
anticipada y obligada a la era digital. El problema es que ni los más
preparados para ello se salvaron de hacer “ajustes de personal” y la herida es
más grande para unos que para otros, pero herida al final.
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