El periodista salvadoreño Carlos Dada, en Santiago de Compostela el año pasado. XOÁN REYEFE.
www.elmundo.es. Cuando el periodista salvadoreño Carlos Dada (Lovaina, 1970) decidió lanzarse a la aventura de crear un periódico digital en 1998, aquello parecía una locura. Sólo sería la primera. Después vendría la apuesta decidida por el periodismo de investigación cuando el periodismo se convierte en una actividad cada vez más difícil, sobre todo cuando trata de desvelar las sombras de los poderes en Centroamérica. La ultraderechista ARENA y la izquierda radical del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), la antigua guerrilla, vieron cómo El Faro, primer periódico digital de América Latina, sacaba a la luz la corrupción generalizada de sus gobiernos, otra locura en un país que salía de una sangrienta guerra civil y con buena parte de sus poderes empeñados en imponer el olvido. La última locura, con o sin comillas, de Dada y de El Faro es no haber dado un paso atrás ante el todopoderoso presidente Nayib Bukele, que rompe todos los récords de popularidad dentro y fuera de su país gracias a su populismo punitivo, a su guerra contra las tan odiadas maras y a su febril actividad en las redes sociales, el mismo territorio que El Faro intenta iluminar con sus historias de largo aliento. "Atestiguando, documentando y narrando la realidad", apostilla su lema.
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