La impunidad de los crímenes contra periodistas, los ataques de género en línea y la vigilancia digital selectiva minan el ejercicio libre del periodismo.
Por Leonardo Bastida, Señales. Denunciar el vínculo de autoridades con el crimen organizado, visibilizar la corrupción en distintos ámbitos de gobierno, cuestionar el manejo de los fondos públicos, dar voz a las denuncias de la ciudadanía, dar seguimiento a grupos armados de ciudadanos, entre otras, son actividades que comúnmente suelen desarrollar quienes ejercen el periodismo, sin embargo, en nuestro país, realizar esas labores pueden contar la vida de un periodista o de alguna persona cercana a él o a ella. Cada tres semanas o cada 21 días es asesinado un periodista en territorio mexicano, según información de varios reportes sobre la situación del ejercicio del periodismo en el país o en el mundo, siendo la nación donde más crímenes de este tipo hay y que no está en guerra o en algún conflicto interior, según información de la organización civil Artículo 19. Otros datos recabados por la asociación indican que en los dos años anteriores se cometieron siete asesinatos contra periodistas en cada año y 10 en 2019, alcanzándose 12 en 2017, y 11 en 2016, manteniéndose en promedio la cifra de 6 o 7 desde 2006.
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