Por Adriana Meyer, Señales. Una veterana profesora de periodismo
solía anticiparse al festival de egos que acontece en este oficio al citar a
Osvaldo Soriano, cuando el popular escritor decía que el diario es el papel
para envolver el bofe del gato al día siguiente. La imagen de sus nombres
–futuros redactores– en letra impresa teñidos de sangre y pedazos de vísceras
era efectiva y venía acompañada de la explicación de las "dos reglas de
oro" del periodismo: la verificación con fuentes y el respeto del off the
record. Precisamente por encontrarse en un aula universitaria, la docente
insistía en exagerar la argumentación al hablar del "oficio"
periodístico, nada de profesión. "Antes de las facultades de periodismo
los hombres y mujeres de prensa básicamente eran autodidactas y muy
cultos", repetía año a año. "Las reglas prácticas son pocas y
simples, se aprenden en un mes de ejercicios y prácticas".
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