El periodista
en la era digital. Unsplash. Sandra Tenschert.
Juan Pablo Sanz
García, Barcelona. La Vanguardia. La nostalgia es un sentimiento embriagador.
Y, como tal, en función de la medida, le puede hacer a uno más lúcido o, por el
contrario, más obtuso. Una pequeña dosis de nostalgia aporta distancia y
perspectiva; el exceso conduce a la espesura. El periodismo es, desde hace unos
años, un salón propicio a la conversación nostálgica. La profesión ha cambiado
mucho en los últimos tiempos, y es grande la tentación de mirar con añoranza al
pasado. No es un mero recrearse en tiempos pretéritos: ciertamente, hay fundamentos
del oficio que se echan de menos.
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Juan Pablo Sanz
García, Barcelona. La Vanguardia. A comienzos de siglo, ante la popularización
de Internet, fraguó la idea de que estábamos en ciernes de la construcción de
una sociedad ideal en términos democráticos. La libre circulación de mensajes,
ideas y pensamientos permitiría que la opinión pública se expresase de forma
pura e incondicionada, sin necesidad de la intermediación de ningún agente. En
este idílico escenario comunicativo, los medios y el Periodismo se contemplaban
como algo prescindible.
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