Damián de la Torre (Izquierda) recibe en premio de la UNP.
Damián de la Torre, Facebook. Hoy a primera hora fue
mi última hora en Diario La Hora (así, rimadito, para ver si me va mejor como
poeta). La vida es un aprendizaje, y solo puedo estar agradecido con quienes
compartí en estos 10 años: aprendí mucho de ustedes, no saben cómo nutrieron mi
vida este tiempo. Qué más puedo decir: a veces no hay que hacer mucho, solo ser
firme en lo que crees... Gracias chic@s, les quiero y les admiro.
Damian de la Torre
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Iván F. Poveda
Iván F. Poveda, Facebook. Cada experiencia de vida es un aprendizaje y un regalo. Mientras colaboré con La Hora, mi ánimo siempre se mantenía a mil por tantas y tantos colegas bondadosos. Qué delicia hablar de música con Carlo Celi. Qué vértigo hablar de terrorismo con mi querido Orlando Gómez. Qué estimulante ver a Alexis Serrano Carmona siempre con un libro. Qué honor y qué aguacero de ideas era compartir noches de diseño con Andrés Jiménez, Julio Jimenez, con nuestra diseñadora estrella que junto con Vilma Straccia siempre estaban pendientes de nuestros cumpleaños. Qué tierno mirar trabajar a Meli con su hijita. Qué serenidad me inspiraba Javier Noriega. Qué honor haber aprendido del resto de periodistas. Qué orgullo mirar el ímpetu de los colegas de Ambato, Loja, Esmeraldas.Qué honor también haber compartido un mismo espacio con referentes como Soraya Constante, Miguel Molina Díaz y Miguel Ángel Vicente de Vera. Qué motivante volver a trabajar con Francisco Vivanco. Y por sobre todo: qué regalo de vida haber conocido a Damian De la Torre. Eso: un regalo de la vida. Tu talento, amigo, es tu pasaporte. Pero tu integridad es la llave maestra. Tú eres el verdadero habitante de la Ciudad de la Furia. Te quiero, amigo. Fuerza, fuerza, fuerza. Y grazie mille.
Damian de la Torre
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Iván F. Poveda
Iván F. Poveda, Facebook. Cada experiencia de vida es un aprendizaje y un regalo. Mientras colaboré con La Hora, mi ánimo siempre se mantenía a mil por tantas y tantos colegas bondadosos. Qué delicia hablar de música con Carlo Celi. Qué vértigo hablar de terrorismo con mi querido Orlando Gómez. Qué estimulante ver a Alexis Serrano Carmona siempre con un libro. Qué honor y qué aguacero de ideas era compartir noches de diseño con Andrés Jiménez, Julio Jimenez, con nuestra diseñadora estrella que junto con Vilma Straccia siempre estaban pendientes de nuestros cumpleaños. Qué tierno mirar trabajar a Meli con su hijita. Qué serenidad me inspiraba Javier Noriega. Qué honor haber aprendido del resto de periodistas. Qué orgullo mirar el ímpetu de los colegas de Ambato, Loja, Esmeraldas.Qué honor también haber compartido un mismo espacio con referentes como Soraya Constante, Miguel Molina Díaz y Miguel Ángel Vicente de Vera. Qué motivante volver a trabajar con Francisco Vivanco. Y por sobre todo: qué regalo de vida haber conocido a Damian De la Torre. Eso: un regalo de la vida. Tu talento, amigo, es tu pasaporte. Pero tu integridad es la llave maestra. Tú eres el verdadero habitante de la Ciudad de la Furia. Te quiero, amigo. Fuerza, fuerza, fuerza. Y grazie mille.
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