Esta semana
se abrió la convocatoria para los premios Jorge Mantilla Ortega. Esta es la
edición 26 de un concurso que reconoce el trabajo periodístico y que rinde
homenaje a la memoria de un destacado periodista y defensor de los Derechos
Humanos. Hace un año la Universidad de las Américas (UDLA) decidió retomar este
certamen que cesó en el 2014, ante el cambio de dueños y decisiones de la nueva
directiva de El Comercio.
Carlos
Jijón, decano de la Facultad de Comunicación de la UDLA, consideró necesario
contactarse con Guadalupe Mantilla, antigua dueña del diario, quien aceptó la
iniciativa de que una institución tomara la posta de los premios. Cuando Jijón
anunció el nuevo llamado, enfatizó en que la manera de hacer periodismo había
cambiado, sus plataformas y dinámicas.
Aunque la
forma varió, y ahora existen mayores
recursos gráficos y digitales, hay particularidades que continúan presentes: la
pasión por contar historias y la urgencia por denunciar las triquiñuelas del
poder.
Jorge
Mantilla Ortega nació un año y un mes después de la fundación de El Comercio en
1906. Haber crecido “entre tinta” moldeó su vocación por la verdad y la
libertad que, con el tiempo, formaron parte de los principios del periódico que
se erigió con el esfuerzo de sus familiares.
Se desempeñó
como legislador, diplomático, reportero y, posteriormente, ocupó cargos de alta
responsabilidad, entre ellos el de Director del matutino, hasta que lo
sorprendió la muerte en un trágico accidente de tránsito.
Uno de sus
legados más significativos fue el de informar independientemente de los afanes
autoritarios de los poderes de turno. Lo mejor del periodismo, más allá del
premio y el reconocimiento del gremio, son esas herencias de los predecesores,
que se convierten en consignas invaluables, innegociables…
Roque Rivas Zambrano
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