El prefijo ‘trans’ significa al otro lado o “a través de”.
En el periodismo este término se empezó a usar en 2006, cuando Henry Jekins
acuñó el concepto transmedia, para referirse a la forma transversal en que se
pueden contar las historias desde diferentes plataformas. A veces los formatos
no permiten incluir todos los datos de un mismo relato y es su combinación la
que abre la posibilidad de mostrar un panorama más completo.
Jekins también estableció siete características con las que
cumple este tipo de contenido y se resumen en viralidad y capacidad de
profundizar en la audiencia; continuidad y simultaneidad; creación de mundos
narrativos y la objetividad desde múltiples subjetividades. Esta última es una
de las más importantes porque se convierte en una alternativa de acercarse a la
realidad a partir de la búsqueda de varias voces.
Alejandro Rost y Fabián Bergero en ‘Apuntes teóricos sobre
el periodismo transmedia’, afirman que las redes sociales, incorporadas a los
medios de comunicación desde 2009, potenciaron estos roles y conformaron un
ecosistema periodístico en que las actividades de sus actores cambian la
experiencia tradicional, convirtiendo a la noticia en un proceso dinámico y
colectivo, antes que en un producto.
Las rutinas cambian. No existe más la exclusividad en la
construcción de la información, ni la imposición de las agendas, porque los
modos de recolectar datos, comunicar, compartir y mostrar el hecho noticioso se
modificaron transcendentalmente.
El periodismo transmedia se convirtió en un reto enorme para
quienes se dedican al oficio. Ahora no basta estar “en el lugar de los hechos”.
Es necesario en pensar todas las formas posibles en las que se puede relatar lo
que sucedió y aprovechar todos los recursos para hacerlo.
Roque Rivas Zambrano
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