sábado, 3 de octubre de 2015

Columna:


Parte del abecedario ha servido para ilustrar las características del oficio. Podríamos empezar por las cinco “w” y que hacen referencia a las preguntas básicas que se deben hacer para conseguir la información (qué, cómo, cuándo, dónde y por qué).

Aparte de esta fórmula paradigmática, en un artículo publicado en 1998, José Manuel de Pablos, catedrático español, esbozó cuáles serían las fases del periodismo de investigación y las en-globó en un modelo de cinco ‘p’: pista (indicio), pesquisa (investigación), publicación (difusión de la información), presión (reacciones) y prisión (la resolución).

Las técnicas, elaboradas a partir de palabras que empiezan con la misma consonante, no solo tienen la función de guiar la forma en la que los reporteros deben proceder o las etapas de un proceso, también dan luces en la forma en la que hay que redactar los artículos y, en ocasiones más entretenidas, retratan la vida de quienes escogieron esta profesión.

En el caso de la redacción, cito el trio de ‘c’, aplicado al lenguaje periodístico. La escritura en este campo se distingue por reflejar: claridad (sencillez), un trabajo de corrección (sigue las reglas gramaticales) y concisión (el mensaje es breve).

En cuanto a la parte entretenida, están las tres “d” del periodista. En uno de los coloquios transmitidos en vivo por la página oficial del Premio Gabriel García Márquez, el escritor español Manuel Jabois bromeaba diciendo que él cumplía las tres ‘d’ al ser: dipsómano (que abusa de bebidas alcohólicas), divorciado y depresivo. Estas tres características, que causaron tanta gracia en los asistentes, han sido reforzadas por el cine y la literatura. Sin embargo, las redacciones ya no son las mismas. Me pregunto, entonces, ¿qué otras letras podrían retratar en la actualidad a los periodistas?

Roque Rivas Zambrano


No hay comentarios:

Publicar un comentario