A medida que el periodismo evoluciona rápidamente, las escuelas deben pensar críticamente sobre los planes de estudio y equipar a los graduados con habilidades para roles emergentes en los medios.
David Cohn, Poynter. El campo del periodismo está evolucionando. Las escuelas de periodismo son una parte crucial de ese proceso, ya que enseñan a los estudiantes las habilidades necesarias para iniciar empleos que, con suerte, se convertirán en carreras florecientes. Esta tarea, destinada a preparar a los estudiantes no sólo para un trabajo sino también para una carrera, se ha vuelto cada vez más compleja.
Enseñar a un periodista joven exige más que capacitarlo en habilidades tradicionales de narración y ahora debe incluir, como mínimo, una comprensión superficial del ecosistema digital más amplio, la gestión de productos, la participación de la audiencia, las experiencias de los usuarios, las fuentes de ingresos y más. Si las escuelas de periodismo quieren tener éxito en su misión, deben enseñar a los estudiantes a tener éxito en toda la industria, no sólo como reporteros.
Históricamente, la relación entre la educación en periodismo y el mundo profesional era sencilla: las escuelas de periodismo son parte de un modelo de aprendizaje de larga data, en el que la industria subcontrataba los años más “verdes” a una escuela de oficios. Las escuelas prepararon a los estudiantes, que luego fueron fácilmente absorbidos por la industria.
La mayoría de las escuelas de periodismo se centraron en la enseñanza del oficio, no en el estudio académico del periodismo como actividad intelectual. Sí, doctorado. Existen programas, pero ese no es el pan de cada día de la educación en periodismo. Los estudiantes se inscriben en estos programas por ambiciones profesionales.
Informar y escribir siguen estando en juego, pero ahora los estudiantes necesitan estar equipados con habilidades que vayan más allá de la narración y los conduzcan a trayectorias profesionales completamente diferentes, aún dentro de los límites de los medios y el periodismo. Un gran ejemplo de ello es cómo la industria y las escuelas se adaptaron a las redes sociales. El crecimiento de las redes sociales generó títulos de trabajo de nivel básico completamente nuevos, como "productor de redes sociales". Mientras que los trabajos periodísticos tradicionales de nivel básico conducían a una carrera que habría terminado en un título de editor en jefe, estos nuevos trabajos pasaron a carreras que culminaron en un título como el de jefe de audiencia.
Quizás porque podría entenderse bajo la rúbrica de “narrar historias”, muchas escuelas de periodismo se apresuraron a adaptarse y adoptar nuevos cursos, metodologías de enseñanza y una ampliación del oficio que enseñaban para preparar a los estudiantes para estos nuevos trabajos en las redes sociales. Si bien algunas instituciones han navegado hábilmente este cambio (yendo aún más lejos al incorporar periodismo de datos, estrategia de redes sociales e incluso los conceptos básicos de codificación en sus planes de estudio), otras se han quedado atrás.
Sin embargo, la próxima disparidad que surgirá será entre las escuelas de periodismo que amplíen su tarea más allá de enseñar “narrar historias” para incluir la enseñanza de todas las trayectorias profesionales previas al producto, los ingresos, la audiencia y más. Una escuela de periodismo que no prepara a sus estudiantes para al menos comprender estos elementos de nuestra industria está limitando el potencial de éxito de sus estudiantes.
Con demasiada frecuencia, me encuentro con escuelas de periodismo que sólo consideran la “narración” bajo la carga de las cosas que enseñan a los estudiantes. Esta disparidad creará brechas en el ecosistema, dejando a algunos nuevos graduados mal preparados para las realidades del panorama periodístico.
Y sí, hay escuelas y programas que están haciendo grandes avances en este sentido, especialmente en lo que respecta a la gestión de productos. Sin embargo, hay otras escuelas que están produciendo graduados que solo son capaces de ingresar al espacio editorial y no están bien equipadas para siquiera reconocer los roles importantes, bien remunerados e impactantes en los medios que mantienen el ecosistema avanzando.
El surgimiento de nuevas trayectorias profesionales dentro del periodismo (como la estrategia de audiencia, la gestión de productos y el entrelazamiento de consideraciones editoriales y de ingresos) pone de relieve la necesidad de un enfoque más radical de la educación periodística. Estas funciones son tan fundamentales como los informes tradicionales y dan forma a la forma en que se crea, distribuye y monetiza el contenido.
Para que las escuelas de periodismo cumplan verdaderamente su propósito, deben evolucionar tal como lo hace la industria.
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