domingo, 23 de marzo de 2025

La pasión insaciable del periodismo…

Óscar Ricardo Joao.

Óscar Picardo Joao, https://www.elsalvador.com/. La expresión “medicina amarga” que circula en los discursos y narrativas suele ser sinónimo de una profilaxis desagradable que generará la cura de una enfermedad. El diccionario de Cambridge interpreta el adagio como: “Algo muy desagradable pero que hay que aceptar…” en efecto, toda anestesia comienza con una inyección… El carácter “amargo” puede tener connotaciones muy amplias; y obviamente dependerá de la situación de los pacientes, de su carácter, de su condición, etcétera. Unos la asumen con optimismo y otros con temor. Al final hay una promesa, y se asume que es un mal necesario. Los políticos utilizan la “medicina amarga” como una antesala para los tiempos difíciles; a veces se trata de un recurso eufemístico, en otras ocasiones es un recurso retórico, aunque generalmente es un escudo propagandístico para disciplinar o prevenir momentos perplejos. Dándole vuelta al argumento, lo que sí es cierto es que el periodismo suele ser la verdadera “medicina amarga” de los políticos. No hay nada peor para un político que las preguntas incómodas que dislocan el discurso o una investigación periodística que revele la realidad del nepotismo, la corrupción, el compadrazgo, el clientelismo, algo a lo que ya estamos acostumbrados.


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