Dustin Hoffman (izquierda) y Robert Redford en la película 'Todos los hombres del presidente', de 1976.
Martín Caparrós, Señales. Quizás eran más serios o se tomaban más en serio: no decían que iban a hacerlo “periódicamente” sino todos los días. Por eso ingleses, franceses, italianos no dicen periodismo sino journalism, journalisme, giornalismo. En castellano sería diísmo: eso que se hace cada día. Pero fue periodismo. Hay palabras que van alejándose de sí mismas hasta que terminan por significar algo tan diferente. La palabra periodismo viene, por supuesto, de periódico: algo que sucede a intervalos regulares. Lo que sucedía, en este caso, era que unas personas publicaban a tales intervalos unas hojas impresas que contaban lo que creían que importaba. Lo que importaba fue cambiando con los tiempos: del movimiento de los barcos a las movidas de los politicastros a las moviolas de los astros el camino es largo y caprichoso. Pero lo que importó en el nombre fue la regularidad, y esas hojas se llamaron periódicos y quienes las hacían, periodistas, y el hecho de hacerlas, periodismo. Así que así nos llamamos, todavía, cuando esa periodicidad ya no existe. La palabra periodismo es un resto de aquellos tiempos en que los diarios salían a la mañana y los noticieros a la hora de la sopa.
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