Desde hace
algunos años, el protagonista absoluto de Internet es el usuario. Vos y yo.
Somos nosotros quienes producimos y consumimos contenidos (textos, fotos,
audios, videos, links, etc.) y quienes nos unimos con otras personas para
compartir información o para hacer nuevos amigos. Somos nosotros los que
opinamos, jerarquizamos, clasificamos y generamos audiencias detrás de los
cientos de servicios que, en su conjunto, forman la llamada “Web 2.0”. Más allá de los
avances técnicos, la principal diferencia de esta “nueva Internet” con respecto
a la anterior (llamada 1.0) es que ahora cada uno de nosotros es parte
fundamental de la sociedad de la información. En la Web 2.0 el usuario abandona
su rol pasivo frente a los contenidos y se lanza a la red para aportar y
compartir lo propio. Las comunidades y la interacción
dentro de las llamadas Redes Sociales desembocaron en un cambio rotundo del
paradigma, plasmado en la prensa cuando, en diciembre de 2006, la revista
norteamericana Time eligió al
usuario de Internet (“You”) para su tradicional “Personaje del año”. La “nueva era”
quedaba así oficializada en los grandes medios, aunque, en rigor, había comenzado
un par de años antes. Pero, antes de ingresar de lleno en la definición, las
características y el impacto que la Web 2.0 produce en el mundo actual,
conviene retroceder unos años para entender cómo llegamos a la Web que hoy
todos usamos. Lo que sigue es un resumen de la historia de la World Wide Web,
más conocida como www, y de sus hitos más destacados.
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