Lauren Harris. Llega un
momento en que el trabajo de un periodista termina y la noticia entra en la
vista de su audiencia. A veces, las personas siguen la cobertura de forma
deliberada y resuelta; con la misma frecuencia, nos involucramos al azar o sin
prestar atención. Existe una
sensación de misterio en cómo se recibe la información y cómo lo que aprendemos
influye en nuestro pensamiento. Para medir las formas en que el periodismo informa, le pedí a seis estadounidenses que registraran su consumo de noticias
durante el transcurso de un día y, al hacerlo, que investigaran sus hábitos y
percepciones. En muchos
casos, los participantes vieron a los medios como representantes de
"lados" políticos opuestos que deberían ser muestreados en igual
medida; hicieron un esfuerzo por encontrar el centro y evitar los
"extremos". Todos compartían la sensación general de que todas las
fuentes de noticias son, hasta cierto punto, poco fiables. Y todos creyeron,
como la mayoría de nosotros, en su propio poder de pensamiento crítico, y
llegaron a seis conclusiones distintas.
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