15.000 kilómetros de
historias de amor, desamor y esperanza.
No siempre quise ser periodista. Cuando era joven, la primera opción fue seguir una ingeniería. Recuerdo estar en clases en la Universidad de Portoviejo y lamentarme por el costo de los materiales que tenía que comprar para continuar estudiando. No tenía dinero. Había gastado los ahorros que logré reunir con mis primeros trabajos para trasladarme de Chone a la capital de Manabí.
El precio elevado
de lo que necesitaba para permanecer en ese camino me hizo reflexionar y
contemplar una opción de la que no me arrepiento ni un solo momento: el
periodismo. Entonces mi experiencia era cinco años de radio. Viéndolo en
perspectiva, ese fue un “momento bisagra” en mi vida, un instante de inflexión,
un evento que me marcó y que, en aquel entonces, no era capaz de dimensionar
pero que, con el transcurso de los años, se explicó por sí solo y marcó la hoja
de ruta. Estos detonantes llevan a decidir, a cambiar el rumbo, a optar por
planes alternativos.
Javier Sinay,
periodista argentino que estuvo en la Feria del Libro de la Pontificia
Universidad Católica del Ecuador la semana pasada, comentó que fue un “momento
bisagra” -quedarse sin laburo- el que precisamente lo llevó a un viaje de cinco
meses, en busca de su novia, Malena Higashi. En el transcurso, en el que se
desplazó desde Buenos Aires a Kioto, Japón, recorrió escenarios en los que las
personas hacían cosas atroces, magníficas e inesperadas en nombre de lo que
sentían por otras.
El periplo está
ahora condensado en ‘Camino al Este, crónicas del amor y el desamor’. Para
Sinay, quien fue editor de Rolling Stone y ahora trabaja para la Red/acción en
Argentina, son estos diminutos lapsos de tiempo los que nos conforman y los que
hay que identificar y conocer a los seres sobre los que narramos.
Roque Rivas
Zambrano
roque1rivasz@gmail.com
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