El papel de las redes sociales en el periodismo se ha convertido en un tema de debate. Hay quienes afirman que se trata de los enemigos modernos del oficio, que están acabando la practica profesional. En el otro lado del ‘ring’ están los que ven en Twitter, Facebook, Google+, Instagram o WhatsApp herramientas útiles para la distribución de las noticias y la fidelización de las audiencias. Todo depende del cristal con que se mire.
En una entrevista reciente para el portal digital ‘Noticias de Gipuzkoa’, el periodista español Javier Errea decía que las redes sociales no están beneficiando al periodismo, porque lo que hacen es “desenfocar la labor del periódico, tanto si es digital como de papel”.
Este consultor y diseñador de medios, que acaba de publicar su trabajo ‘Erreadas’, una compilación de reflexiones que difundió en su blog, vaticina un futuro para el periodismo sin Internet y sin publicidad. Solo así habrá “lectores libres” en lugar de “consumidores”.
Esta percepción se puede confrontar con lo expuesto en la publicación digital ‘Buenas practicas en redes sociales para periodistas y medios’. Uno de los casos de aprendizaje en medios de la región que aborda este ‘ebook’ es el de Fábio Gusmão, editor digital del diario Extra de Brasil, quien creó una red de periodistas ciudadanos en WhatsApp para cubrir las noticias en las calles de Río de Janeiro y así generar contenido exclusivo y en tiempo real.
Con esta estrategia consiguió datos que la competencia no tenía. Un año después, los resultados fueron notables: 50 mil fotos enviadas, 2 mil videos, 1.800 audios, más de un millón de mensajes y 26 mil personas añadidas. Ante evidencias como esta, la pregunta del inicio sigue latente: las redes sociales ¿son aliadas o enemigas del periodismo?
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