Jorge Lanata, Baby Etchecopar, Viviana Canosa, Luis Majul, Hugo Morales y Horacio Bervitzky.
Perfil. Los gritos y
el escándalo reemplazaron a la información. Las peleas entre comunicadores, la
militancia y el daño a la democracia. Quien en los últimos días se sometió a
los canales de noticias, escuchó a reconocidos comunicadores vomitar en su
“periodismo de opinión” las siguientes expresiones: “atorrantes”, “gobierno de
inútiles”, “siniestros”, “escoria
política”, “crápulas”, “boludos”, “gobierno de asesinos”, “prototipo
de sicópata social”, “ladrones comunes“, “putos e imbéciles”, “gobierno de
chorros”, “mafia de los privilegios” o “listas de chorros”. Si el periodismo
profesional lleva décadas intentando insertar valores como integridad,
precisión, equilibrio, confiabilidad o equidad, aquellas expresiones nos
muestran un fracaso absoluto. Todas esas expresiones de barricada son fake
news. La dinamita verbal da para la calle o la tribuna, pero no para
periodistas, a los que si una virtud se les pide es el rigor. El gran
historiador francés Marc Bloch decía que las crisis tienen gran fecundidad
mítica y el pensamiento grietero suele ser una cadena de mitos basados
parcialmente en información real.
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El Mundo. Rafael
Unquiles. Rute, 1964. Cuando las cosas se pusieron feas en España, este
periodista hizo las maletas, se fue a Emiratos Árabes y fundó el digital 'El
Correo del Golfo'. Allí se vacunó contra el Covid con la misma vacuna que el
rey emérito y las infantas. Acaba de ser premiado por su trayectoria.
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