sábado, 18 de enero de 2020

Periodismo y redes sociales: Ver no es igual que entender…


Hace meses estuve recopilando información para un ensayo sobre protestas, periodismo y redes sociales. Me pareció importante abordar este tema después de que los movimientos sociales, que estallaron en octubre de 2019 en todo el mundo, pusieran en tela de juicio el papel de los medios de comunicación tradicionales y reafirmaran el poder de las redes sociales para convocar y para contrarrestar las versiones oficiales. Después de una contextualización pertinente, en este texto -que escribí con Natalia Rivas Párraga, mi hija mayor- se esbozaron conclusiones importantes.

Una de ellas está relacionada con el uso de las redes sociales como herramienta del oficio. Entre las ventajas que tiene la Internet frente a los medios tradicionales, anotamos la temporalidad. La inmediatez dota de dinamismo y agilidad a las publicaciones ‘online’.

Esta atractiva cualidad puede convertirse en una desventaja mayúscula, si no es abordada con la responsabilidad, y afectar la calidad de la información restándole credibilidad. En este sentido, es esencial tener claro que no se puede anteponer la rapidez a la veracidad. Informar en tiempo real no supone la falta de contrastación de fuentes y de profundización en la noticia.

Durante las protestas, se evidenció una necesidad imperante de los lectores por tener una información verificada. Si bien en las redes se cargaban imágenes, videos, transmisiones en vivo, datos sobre el saldo de muertos y heridos, fue complicado comprobar la fiabilidad de la información.

Como dice el filósofo Byung Chul-Han, autor de la ‘Sociedad de la Transparencia’ (2018), la masa de información no engendra ninguna verdad. Ver no es igual a entender. Pese a la abundancia de elementos en red, los periodistas que investigan, contextualizan y analizan son insustituibles…

Roque Rivas Zambrano


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