Daniela Aguilar Freire y
Claudia Rodríguez-Hidalgo, Revista UCM.- La presente investigación analiza el tratamiento
que dos de los mayores diarios de circulación del Ecuador, El Universo y El
Comercio, realizan sobre el femicidio, reconocido como delito en el Código
Orgánico Integral Penal (COIP) desde el 2014. En ese contexto se realizó el
análisis de contenido de 258 publicaciones sobre el tema. Entre los resultados
más relevantes se destaca que existe presencia de sensacionalismo, y al mismo
tiempo se espectaculariza el tema en al menos la mitad de las publicaciones; y,
en rasgos generales se considera que no existe un aporte relevante a la
educación sobre el femicidio por parte de los medios estudiados, y tampoco se
contribuye a la erradicación de la violencia de género.
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Mapa de femicidios en Ecuador es ‘horrible pero necesario’
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Femicidio en Ecuador: un crimen de violencia naturalizada
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Femicidios en Argentina: el 17% de las víctimas son menores de 18 años
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Un feminicidio, el arte y el periodismo
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Feminicidios: asignatura pendiente del periodismo
La Marea. Explicaba la periodista Alicia Gómez Montano –fallecida recientemente–, editora de Igualdad en TVE desde octubre de 2018, que durante muchos años el principal problema a la hora de abordar los asesinatos machistas fue la indiferencia. Y lo subrayaba: la indiferencia. “Solo se informaba si tenía los elementos de una gran crónica de sucesos (Alcàsser, Ana Orantes…) Y en la televisión había otro factor más: si no teníamos testimonios de las víctimas (mujeres en casas de acogida, mujeres que salvaron la vida de milagro…), no teníamos nada. Las representantes de asociaciones de mujeres por sí solas o los jueces, no ‘servían’. Parecerá raro, pero era así. Hablo de los años 90 y más”, explicaba el pasado noviembre en conversación con La Marea. La ley integral contra la violencia de género de 2004 -proseguía-supuso un mazazo en las conciencias de mucha gente: «Todavía recuerdo, cuando mataron a Ana Orantes, el comentario de un compañero que dijo: ‘Las mujeres no pegáis pero nos ponéis muy nerviosos con vuestra violencia verbal y luego pasa lo que pasa’. En fin…".
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El Comercio.- En mensajes de WhatsApp le
cuentan: “Compañera, otro caso de femicidio en x provincia”. Y enseguida le
escriben detalles que no quisiera leer, como: “el jueves pasado, la señora
salió de su casa desnuda, con sus hijos; pedía ayuda. La Policía le extendió
una boleta de auxilio. A la semana, el marido la mató y se suicidó”...
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Femicidio en Ecuador: un crimen de violencia naturalizada
La Barra Especiadora.- El femicidio se tipificó
en Ecuador en 2014 como un delito distinto al asesinato porque implica una
relación de poder desigual en cuanto a género. Sin embargo, entre 2014 y enero
de 2019, el Consejo Nacional de la Judicatura (CNJ) ha contabilizado 588
denuncias por femicidio. Menos del 50% de estos delitos recibe una condena. La
naturalización de la violencia de género ha creado estereotipos sobre las
relaciones de pareja, los celos y el rol de las mujeres en la sociedad que
afectan la problemática del femicidio desde las dinámicas entre las víctimas y
los agresores hasta la forma como se procesan y condena estos delitos. A
partir del femicidio de Diana Ramírez, el 19 de enero, en Ibarra, y la
violación de Martha (nombre ficticio) el 13 de enero, en Quito, se han
organizado movilizaciones en contra de la violencia de género en todo el país.
Aquí analizaremos la creación de prejuicios desde las víctimas hasta los
funcionarios de justicia para dar un panorama del femicidio desde su
tipificación.
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Femicidios en Argentina: el 17% de las víctimas son menores de 18 años
El reciente caso de
Camila, ocurrido en Junín, vuelve a poner el foco en la grave problemática de
la violencia sobre las niñas y adolescentes. En los 9 años, fueron asesinadas
376 mujeres menores de 18 años.
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Un feminicidio, el arte y el periodismo
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Feminicidios: asignatura pendiente del periodismo
La Marea. Explicaba la periodista Alicia Gómez Montano –fallecida recientemente–, editora de Igualdad en TVE desde octubre de 2018, que durante muchos años el principal problema a la hora de abordar los asesinatos machistas fue la indiferencia. Y lo subrayaba: la indiferencia. “Solo se informaba si tenía los elementos de una gran crónica de sucesos (Alcàsser, Ana Orantes…) Y en la televisión había otro factor más: si no teníamos testimonios de las víctimas (mujeres en casas de acogida, mujeres que salvaron la vida de milagro…), no teníamos nada. Las representantes de asociaciones de mujeres por sí solas o los jueces, no ‘servían’. Parecerá raro, pero era así. Hablo de los años 90 y más”, explicaba el pasado noviembre en conversación con La Marea. La ley integral contra la violencia de género de 2004 -proseguía-supuso un mazazo en las conciencias de mucha gente: «Todavía recuerdo, cuando mataron a Ana Orantes, el comentario de un compañero que dijo: ‘Las mujeres no pegáis pero nos ponéis muy nerviosos con vuestra violencia verbal y luego pasa lo que pasa’. En fin…".
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