Foto representantiva de periodistas que buscan voceros.Freepik.
Mariela Rosero Ch., Expreso. En el Gobierno de Daniel Noboa, los periodistas enfrentan un cerco que limita su labor. Los pedidos de información pública son bloqueados o ignorados de forma sistemática por buena parte de los ministerios. Asimismo, las solicitudes de entrevistas rara vez reciben respuesta y, cuando lo hacen, solo dan largas.
Así lo confirma, por ejemplo, Bessy Granja, periodista con veinte años de ejercicio profesional. Ella comenta que esas negativas del Gobierno dificultan su trabajo porque no puede contrastar las realidades que expone en sus reportajes. “Eso limita el impacto de las investigaciones porque, al no responder, pareciera que quisieran que los temas queden en el aire y que el tiempo haga que todo se olvide pronto”.-
Bessy Granja recuerda que cuando se hace un trabajo periodístico en el que se expone una problemática y a los afectados, lo que se espera es que el Estado tome correctivos.
“Como las autoridades no responden, no se produce una reacción, ni correctivos, ni nada”, reflexiona Granja: “No es que el rol de la prensa sea decirle a un determinado gobierno lo que debe hacer, pero hay situaciones que únicamente son visibilizadas gracias al periodismo”.
Al preguntarle su opinión sobre la forma en que se comunican el Ejecutivo y los ministros, Juan Carlos Calderón, otro destacado periodista, director de Plan V, responde: “¿Cuál comunicación de Gobierno? No hay comunicación política ni institucional. Han optado por otro tipo de relación con la prensa y los medios, sobre todo con los que no consideran ‘aliados’”.
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