
Gervasio Sánchez en el Museo de la Victoria de Hanói (Vietnam), en mayo de 2025. (Foto de Gervasio Sánchez).
Sara Andrade Abad, El País. Aunque parezca extraño Gervasio Sánchez se metió en periodismo porque le encantaba viajar. Aficionado a los sellos desde pequeño, buscó la forma de llegar a los lugares que aparecían en esas cartas que veía en su infancia con la fotografía y la escritura. Pero a él no le interesaban los viajes al uso, sino más bien aquellos donde conociera el destino desde su cara B, en los conflictos sociales y políticos, y en las guerras, porque era ahí donde podía aportar y ayudar al mundo. De ahí que su trabajo sea completamente vocacional. Poco a poco fue adentrándose en algunos de los conflictos armados más sangrientos y trascendentales de los últimos 50 años. Él ha sabido hilar como nadie el antes y el después de una guerra, ha sabido darle voz a las víctimas, a los niños y a las mujeres, y generar un diálogo que nos permita entender qué pasa después de las bombas.
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